Revela investigador existencia de bóvedas subterráneas en Jerez

Su esposo es apicultor y sabe de la calidad de la miel.
Su esposo es apicultor y sabe de la calidad de la miel.

Los túneles eran solo un mito para los jerezanos.

JEREZ.- Las entrañas de Jerez ocultan secretos que muchos de sus habitantes desconocen y otros se niegan a develar, las bóvedas subterráneas que comunican los edificios principales con las grandes casonas, por años fueron sólo una leyenda.

Los relatos de los mayores para muchos quedaron enterrados y olvidados como los túneles, pero no para el historiador jerezano, Luis Miguel Berúmen Félix.

A pesar de que aquellos que se consideraban eruditos en la materia negaron su existencia o afirmaron que se trataba de drenajes, Berúmen Félix se dio a la tarea de investigar los relatos de su padre.

Las bóvedas datan de 1830, después de la guerra de Independencia.

Su interés por la historia lo llevó a tomar apuntes desde que era un adolescente y en su vida adulta a investigar y cotejar los datos de sus cuadernos con documentos y pruebas tangibles.

Ingresar a los túneles no fue fácil, pues los propietarios de las fincas no permiten el acceso y bloquearon los accesos para borrar la huella de la historia.

Pero esto no fue un obstáculo para que la investigación continuara por años y pudiera ingresa a algunos de estos. Destaca el que se encuentra en el edificio de la Torre, antigua escuela de niñas.

El uso de los túneles

Del motivo para el que fueron construidas estas galerías subterráneas, maneja varias hipótesis. Entre ellas que la población estaba atemorizada por ataques de conflictos armados y estos pudieron ser utilizados como protección.

También para comunicación, pues se habla de un sacerdote de nombre Francisco Javier Reveles que tenía el don de la ubicuidad (se le veía en una parte y después en otra).

Se cree que los túneles tuvieron usos como reguardo de personas en conflictos armados.

Esto lo atribuye a que se trasladaba por el túnel de su casa al santuario de Nuestra Señora de la Soledad o a la parroquia de la Inmaculada, ya que el intervino en muchos sucesos de la historia.

En el caso del túnel que se encuentra en la finca que ocupa el Museo de Tradición y Charrería por la calle del Santuario, considera que fue para resguardo o traslado y después se habilitó para drenaje.

La investigación

Para hacer un pequeño mapa o bosquejo de los lugares por donde pasan estos túneles, el historiador reunió la información de la tradición oral, ya que no existen documentos.

La investigación consistió en localizar datos y documentos de quiénes vivieron en esas casas y de dónde llegaron.

Para verificar la autenticidad de estas obras se apoya de especialistas y de su familia.

Las galerías comunican edificios importantes con casonas.

La presidencia, el teatro Hinojosa, el edificio de la Torre, el Museo de Tradición y Charrería y un sin número de fincas, fueron exploradas, pero la investigación continúa.

Del porqué no existen documentos que den fe de estos túneles, Miguel Berúmen dijo “no se pueden documentar porque la gente dice que no existen”, pero él considera que fueron construidos aproximadamente en 1830, después de la guerra de Independencia.