
Lo que más le gusta es ser su propio jefe y acomodar sus horarios. | Fotos: Ángel Martínez.
Don Pablo vende fruta y verdura fresca.
FRESNILLO.- ¡Para que no le falte nada a su despensa! Puede darse una vuelta y llenar su refrigerador con fruta y verdura fresquecita y a buen precio del puesto de don Pablo, quien tiene de todo para que no le falte nada.
Don Pablo es un hombre trabajador que toda su vida le ha macheteado a esto del mercado, y es que desde niño, él se ha dedicado a vender sus productos verdes para que coma sano y se haga unas ricas sopas de verduras.
Desde chamaco, Pablo Zavala Castro ha vivido, respirado y se ha ganado la vida gracias al oficio del comercio, pues desde entonces ayudaba a sus papás a pesar, cargar y vender frutas y verduras entre otros productos para sustento de su hogar.
Debido a este estilo de vida, don Pablo salió muy trabajador para esto del negocio y es que según cuenta, con el paso de los años él le tomó mucho amor a ser comerciante y por ello se dedica a esta actividad.
Y es que lleva en la sangre este oficio que le pasaron sus papás, don Pablo Zavala Dueñas y su mamá Antonia Castro, quienes con el paso de los años le enseñaron todo lo que él aplica en su día a día.
Al día de hoy, don Pablo sale y usa toda su fuerza y sus recursos para poner su puesto y mercar sus productos en el Mercado de Abastos y en un tianguis en la comunidad de Plateros.
Y cuando no es ahí, todavía se dedica a mercar sus verduras y frutas en su casa en la colonia Francisco I. Madero, donde le brinda alimentos de buena calidad a sus vecinos, quienes le consumen y así se ayudan entre todos.
Tal como nos cuenta el buen Pablo, su trabajo empieza desde temprano, pues se levanta para preparar todas las cosas y para poder irse a abrir la bodega en su chante a las 9 de la mañana.
Mientras que para irse al mercado la cosa es todavía más tempranito, pues ahí, tiene que abrir desde las 7 de la mañana, para cerrar, tanto en la bodega como en el tianguis a eso de las 4 de la tarde.
A esas horas de la tarde su trabajo acabó y se vendió lo que tenía que sacar, pues no todo en la vida es trabajar también hay que dedicarle tiempo a la familia y tener un rato para divertirse.
Y es que don Pablo tiene una bella familia de la que él está muy orgulloso y por la que trabaja; se trata de sus seis hijos, quienes también están con él en el trabajo, haciéndola de comerciantes.
De esa manera, don Pablo se rifa el día a día; además de enseñarle a sus hijos una manera honesta y muy digna de sacar el dinero con el que se alimentan todos los días.
Y es que, sobre todo, les ha enseñado a cómo dar un buen servicio para ganarse a la raza y que siempre les vuelvan a consumir.
“Toda mi vida he sido comerciante, puedo ser mi propio jefe y me ordeno conforme a los tiempos, tiene uno que organizarse y echarle ganas para salir adelante”, dijo el buen don Pablo.
Y es que, tal como cuenta, para don Pablo lo más importante es poder tener la libertad de ganar su buen dinero, conocer gente y todavía tener un rato para convivir con su familia.
Así que vaya y pruebe la variedad de frutas y verduras de don Pablo, quien lo recibirá con toda la buena actitud.