
Desde finales de octubre y hasta enero o febrero aves migratorias se mudan a Zacatecas
MORELOS.-De todos tamaños, colores y especies los bordos de agua y los parajes serranos se llenan en estas fechas de aves migratorias.
Tal es el caso en el bordo de Noria de Gringos en donde se pueden apreciar garzas, patos, pelícanos, gansos y hasta águilas Kara Kara.
Desde finales de octubre y hasta enero o febrero aves migratorias se mudan a Zacatecas provenientes del norte de Estados Unidos y hasta desde Canadá.
En un tarde tranquila se puede ser testigo del vuelo y presencia tanto en árboles, el agua o el cielo de diferentes especies de aves que se conjugan con el paisaje.
Así vemos atardeceres dignos de una buena postal, con el vuelo de las aves que parecen nadar en el cielo, surcando las nubes en parvadas o a solas, mientras buscan alimento desde lo alto.
Tal como se pueden ver con los pelicanos que de pronto usan su pico para encontrar su alimento, hundiendo su pico a gran velocidad en las aguas.
Así con solo ver unas horas el bordo de Noria de Gringos, tenemos un espectáculo de la naturaleza donde todas estas aves cantan en su breve paso por Zacatecas, donde se refugian del frío.
Así van en su ciclo de migración en un viaje buscando pastos más verdes en otros países, en una aventura que a veces cumple su ciclo de vida, porque no muchas aves sobreviven a las inclemencias del clima.
Los riesgos son altos, y la hambruna, la insolación, la sed y los depredadores son el peor enemigo de estos viajeros que buscan atravesar el meridiano.
Así en el cielo atraviesas kilómetros y kilómetros para encontrar su primavera en el sur, mientras llega el otoño y el invierno en el norte.
A veces uno se maravilla viendo las aves y pocas veces piensa en lo frágil que son sus vidas, porque siempre vuelven cada año a los mismos sitios, para hacer nidos donde crían a sus polluelos hasta que es su turno de partir.
Este año vuelven las garzas, los patos, los pelícanos, los gansos y las águilas Kara Kara, para sobrevolar el bordo de Noria de Gringos; como en años pasados; ahora vemos las crías que sobrevivieron.
Y con suerte, el año siguiente veremos cómo se renuevan las parvadas para seguir girando la maquinaria de la vida.