Papa Francisco pide un alto a la guerra entre Israel y Palestina

CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco llevó a cabo el rezo mariano del Ángelus, donde pidió al final de éste; poner fin al conflicto que hay en Tierra Santa entre Israel y Palestina.

“¿De verdad se piensa construir así un mundo mejor? ¿De verdad creen que conseguirán la paz?

¡Basta, por favor! Digamos todos: ‘¡Basta por favor!’ ¡Deténganse!”.

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Entre Israel y Palestina

Asimismo, mencionó que toda esta situación causa mucho dolor y sufrimiento, pidiendo el cese al fuego y que continúen las negociaciones por la paz.

“Los miles de muertos, heridos, desplazados, la inmensa destrucción causan dolor; esto con consecuencias tremendas en los pequeños y los indefensos, que ven comprometido su futuro”.

En el Tercer Domingo de Cuaresma, el Sumo Pontífice antes del rezo del Ángelus; explicó el momento en que Jesús expulsó a los comerciantes del Templo.

“Se va para visitar al Señor, para estar unidos a Él y a los hermanos, para compartir alegrías y dolores.

Todavía más, en el mercado se juega con el precio, en casa no se calcula; en el mercado se busca el propio interés, en casa se da gratuitamente”.

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Pide se conviertan más en “casa y menos mercado”

El Obispo de Roma pide que las personas se conviertan más en “casa y menos mercado” para no crear barreras entre “Dios y el hombre”

“Jesús es hoy duro porque no acepta que el templo-mercado reemplace al templo-casa; que la relación con Dios sea distante y comercial en vez de cercana y llena de confianza.

Que los puestos de venta sustituyan a la mesa familiar, los precios a los abrazos y las monedas a las caricias”.

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“Cristo vino a traer comunión, a traer misericordia, es decir, perdón, a traer cercanía”.

El Papa Francisco invitó a orar mucho en este tiempo de Cuaresma.

“La invitación hoy, también para nuestro camino cuaresma; es a hacer dentro de nosotros y a nuestro alrededor más una casa y menos un mercado.

Ante todo hacia Dios: orando mucho, como hijos que incansablemente llaman con confianza a la puerta del Padre; no como mercaderes tacaños y desconfiados”.