Niño de nueve años está a punto de graduarse de la universidad

Laurent Simons, tiene un récord mundial de precocidad.
Laurent Simons, tiene un récord mundial de precocidad.

Tiene previsto terminar en diciembre sus estudios de ingeniería eléctrica.

CIUDAD DE MÉXICO.- Un niño de tan solo nueve años, está a punto de obtener un grado universitario.

Laurent Simons, tiene un récord mundial de precocidad. El niño prodigioso belga, tiene previsto terminar en diciembre sus estudios de ingeniería eléctrica en la Universidad Teconológica de Eindhoven (TUE). Una especialidad exigente incluso para un estudiante promedio. Después planea ingresar a un programa de doctorado mientras también se prepara para obtener un título de medicina.

Sus padres, Lydia y Alexander Simons, creían que los abuelos de Laurent exageraban cuando les aseguraban que tenían a un superdotado en ciernes. Sus profesores no tardaron en corroborarlo.

Superaba una prueba tras otra y no encontraban los límites a su extraordinario talento.

“Nos dijeron que es como una esponja”, explicó Alexander a CNN.

“Es el estudiantes más rápido que hemos tenido aquí. No solo hiperinteligente, sino también un niño muy comprensivo”, relata Sjoerd Hulshof, director de educación de la TUE de ingeniería eléctrica.

 

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Comienza la secundaria a los seis años

Laurent comenzó la educación secundaria con sólo seis años. Se sentía tan “aburrido”, de lo fácil que le resultaba. Se involucró en la dirección de un proyecto de investigación en el Centro Médico Académico (AMC) en Ámsterdam.

Con siete años obtuvo su diploma de secundaria y en marzo de 2019 comenzó sus estudios superiores. Solo nueve meses después casi ha terminado su proyecto final.

Las universidades más prestigiosas del mundo lo quieren. Él asegura que tiene “muchas ganas de ir a California porque el clima es agradable allí”.

Más allá de su inteligencia, su memoria extraordinaria y su currículum académico, Laurent sigue siendo un niño de nueve años. Le gusta jugar con su perro Sammy y con su celular.

“No queremos que sea demasiado serio. Hace lo que le gusta”, dijo su papá.

“Necesitamos hallar un equilibrio entre lo que es ser un niño y sus talentos”.

Lo cierto es que a una edad en la que la mayoría de niños solo piensa en jugar, él ya tiene claro que en el futuro quiere desarrollar órganos artificiales.