Joven de tiroteo en Texas disparó a todos en su camino: Policía

ESTADOS UNIDOS.- El joven de 18 años que mató a 19 niños y dos maestros en una escuela primaria de Texas se atrincheró en un salón y “disparó a todos en su camino”, dijo la policía.

El teniente Christopher Olivarez del Departamento de Seguridad Pública de Texas precisó al programa Today de la cadena NBC que otras personas rompieron las ventanas de la escuela para permitir que los estudiantes y maestros pudieran escapar.

Señaló que tolas las víctimas se encontraban en el mismo salón de clases de cuarto grado en la Escuela Primaria Robb. Agregó que los agentes abatieron fatalmente al agresor.

La masacre ocurrió en una escuela ubicada en una localidad con alta población latina. Este fue el tiroteo con más muertes en una escuela desde que un hombre armado mató a 20 niños y seis maestras de la escuela Sandy Hook de Newtown, Connecticut, en diciembre de 2012.

Familiares esperaron información por horas tras el tiroteo en Texas

Tras el tiroteo en Texas, las familias esperaron durante horas para tener noticias de sus niños. Los gritos y lamentos se escuchaban en el centro cívico de la localidad donde esperaban información de sus seres queridos.

“¡No! ¡Por favor, no!”, gritó un hombre mientras abrazaba a otro.

“Hoy tengo roto el corazón”, afirmó el superintendente del distrito escolar, Hal Harrell. “Somos una comunidad pequeña, y vamos a necesitar de todas sus oraciones para superar esto”.

Adolfo Cruz quien trabaja reparando aparatos de de aire acondicionado, continuaba al exterior de la escuela al atardecer esperando noticias de su nieta de 10 años, Eliajha Cruz Torres.

Manejó hasta el lugar tras recibir la llamada llorosa y aterrada de su hija poco después de los primeros reportes sobre el tiroteo.

Otros de sus familiares esperaban en el hospital y en el centro cívico. Según Cruz, la espera estaba siendo el momento más duro de su vida.

“Espero que esté viva”, afirmó.

El ataque se produjo apenas 10 días después de una masacre racista en un supermercado de Buffalo, Nueva York.

Las perspectivas para cualquier reforma de las regulaciones federales sobre armas de fuego son tan poco favorables como tras el tiroteo de Sandy Hook.