Joe Biden autoriza a Ucrania el uso de minas terrestres, aumentando la tensión contra Rusia

Presidente de Estados Unidos, Joe Biden. | Foto: Cortesía.
Presidente de Estados Unidos, Joe Biden. | Foto: Cortesía.

Estas minas, que pueden ser dispersadas por aeronaves, proyectiles o artillería, representan un peligro persistente en los campos de batalla.

ESTADOS UNIDOS.- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha autorizado el suministro de minas antipersonales a Ucrania para frenar el avance militar de Rusia en el conflicto que ya ha cumplido mil días.

Esta decisión, tomada tras el reciente uso de misiles de largo alcance ATACMS en territorio ruso, marca una escalada en el apoyo de Washington a Kiev, a pesar de la controversia que genera el uso de este tipo de armamento.

Periódicos internacionales, como The Washington Post, aseguran que la autorización incluye el envío de minas terrestres, pero con la condición de que no se usen en zonas pobladas por civiles ucranianos.

Estados Unidos eleva la tensión entre Ucrania y Rusia

La decisión ha provocado fuertes críticas en Rusia, que considera que Biden está “echando leña al fuego” al intensificar el conflicto en lugar de buscar una salida pacífica.

El nuevo respaldo de EE.UU. con las minas a Ucrania ha incrementado las tensiones, especialmente tras la reciente amenaza de Rusia de utilizar armas nucleares, luego de que Ucrania lanzara los misiles ATACMS.

El mismo día, el presidente Vladimir Putin firmó un decreto que modifica la doctrina nuclear de Rusia, habilitándola para responder con armamento nuclear ante lo que percibe como una creciente amenaza de Occidente.

Estaban prohibidas… Menos para EU y Rusia

La controversia sobre las minas antipersonales radica en su peligrosidad para los civiles. Aunque las minas están prohibidas por el Tratado de Ottawa, firmado en 1997 por 164 países, tanto Estados Unidos como Rusia nunca firmaron dicho acuerdo, lo que permite su producción y uso.

EJEMPLO DE MINA ANTIPERSONAL (SEGUNDO 45):

El Tratado establece que los países firmantes deben destruir sus arsenales de minas, pero las potencias militares más grandes del mundo, como EE.UU. y Rusia, no están comprometidas con esa prohibición.

Estas minas, que pueden ser dispersadas por aeronaves, proyectiles o artillería, representan un peligro persistente en los campos de batalla, dificultando la movilidad y poniendo en riesgo la vida de civiles mucho tiempo después de que los combates hayan terminado.