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El intercambio de presos es el único resultado tangible de las negociaciones celebradas en Estambul entre rusos y ucranianos a mediados de mayo.
Konstantin Steblev habló con su madre por primera vez en tres años después de que lo liberaran en el marco del mayor intercambio de prisioneros realizado entre Rusia y Ucrania.
“Hola mamá, ¿cómo estás?”, preguntó el soldado de 31 años, momentos después de pisar de nuevo suelo ucraniano.
Te quiero. No estés triste. No ha sido culpa mía. Prometí que volvería sano y salvo”, añadió, sonriendo pero con los ojos llorosos.
Cabe mencionar que a Konstantin Steblev, lo capturaron al inicio de la invasión rusa en febrero de 2022; fue uno de los 390 presos liberados a cambio de 390 enviados de vuelta a Rusia en el primer canje celebrado el viernes.
Ayer, se concretó un intercambio de más de 307 prisioneros de guerra de cada país; 614 en total, y hoy se realizará otro con el objetivo de llegar a un total de mil personas liberadas por ambos bandos.
No obstante, dicho intercambio de presos es el único resultado tangible de las negociaciones celebradas en Estambul entre rusos y ucranianos a mediados de mayo; el primer contacto directo entre ambos en tres años.
Así, Konstantin Steblev llegó con otros prisioneros a un hospital local en autobús. Cientos de familiares le esperaban en el lugar.
“¡Felicidades!”, gritaron, mientras algunos lloraban y cantaban.
En el viaje de regreso a Ucrania, Konstantin Steblev contó a la AFP que sintió emociones “indescriptibles”.
“Es simplemente una locura. Sentimientos de locura”, describió.
Durante sus años de cautiverio, Konstantin Steblev dijo que consiguió seguir adelante gracias a su esposa.
“Ella sabe que soy fuerte y que no voy a rendirme así como así.
Es mi prioridad absoluta”, dijo, añadiendo que ahora sólo quiere estar con su familia.
Después de eso, señaló que le correspondería a su mujer decidir los siguientes pasos.
“Ella me lo dirá y me enseñará cómo actuar en el futuro”, aseguró.
Delgados, cansados y un poco perdidos, los prisioneros liberados se sometieron a revisiones médicas en el hospital local.
Pero Olena y Oleksandr se quedaron fuera, abrazados a pesar de las cámaras que les apuntaban.
La pareja aseguró que llevaban 22 meses sin verse, desde que Rusia capturó a Oleksandr.
“Estoy en el séptimo cielo. Mi sueño de momento, es comer, comer y pasar tiempo con mi familia”, dijo el hombre de 45 años en brazos de su esposa.