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La ceremonia del consistorio fue en el suntuoso decorado de la basílica de San Pedro del Vaticano.
CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco elevó este sábado al rango de cardenal a 21 prelados de los cinco continentes; con una importante presencia latinoamericana; reflejo de su debilidad por las periferias en una Iglesia cada vez más globalizada.
De esta manera, el jesuita argentino, de 87 años, continúa consolidando su herencia y moldeando a su imagen el colegio de cardenales que deberán elegir a su sucesor.
Por lo que, el papa Francisco habrá nombrado a casi el 80% de los 140 cardenales “electores”, aquellos menores de 80 años; que participarán en el próximo cónclave, en el que se necesita una mayoría de dos tercios para elegir a un nuevo pontífice.
Cabe mencionar que en su pontificado, Francisco ha puesto en valor a las diócesis apartadas, radicadas en lo que él llama “periferias”; donde a menudo los católicos son minoría, y no ha dejado de lado la costumbre de premiar sistemáticamente a arzobispados de grandes diócesis; como Milán o París.
Esta nueva promoción sigue la misma línea, con una importante representación de América Latina y Asia; aunque menor en el caso de África.
Los nuevos cardenales latinoamericanos serán: los arzobispos de Lima, Carlos Gustavo Castillo; el de Santiago del Estero y primado de la Argentina, Vicente Bokalic; el de Guayaquil, Luis Gerardo Cabrera; el arzobispo de Santiago de Chile, Fernando Natalio Chomali, y el de Porto Alegre, Jaime Spengler.
“Tenemos que profundizar esta línea de una Iglesia abierta”, dijo antes de vestirse de púrpura el argentino Bokalic; en una entrevista al medio oficial de la Santa Sede, Vatican News.
También hay una importante representación de Asia-Pacífico, la región con una mayor expansión en la última década; como el arzobispo de Teherán, el de Tokio, el de Bogor en Indonesia o el obispo de la comunidad ucraniana de Melbourne.
La elección de los cardenales corresponde exclusivamente al jefe de la Iglesia católica; que los selecciona según sus propios criterios y prioridades. Y su misión es asistir al Gobierno central de la Iglesia.
Algunos viven en Roma y asumen funciones en la Curia (el Gobierno del Vaticano); pero la mayoría ejercen su ministerio en la diócesis de origen.
Asimismo, la ceremonia del consistorio fue en el suntuoso decorado de la basílica de San Pedro del Vaticano; en el mismo día en que reabrió la catedral de Notre Dame de París; a cuya ceremonia el papa declinó asistir.
Como marca la tradición, los futuros cardenales se arrodillaron ante el pontífice para recibir la birreta, un bonete cuadrangular de color púrpura. Después se realizó la tradicional “visita de cortesía” al Vaticano y una misa que reunirá a todos los cardenales el domingo por la mañana.