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AVON busca que el proceso de bancarrota se está manejando de manera que minimice el impacto en los mercados internacionales.
Avon Products, Inc. (API), la entidad que controla las operaciones internacionales de la icónica marca de belleza fuera de Estados Unidos, ha declarado bancarrota bajo el Capítulo 11 del Código de Quiebras de Estados Unidos.
Esta decisión, tomada ante el Tribunal de Quiebras del distrito de Delaware, tiene como objetivo permitir a la empresa renegociar sus deudas y manejar una creciente ola de demandas por lesiones personales relacionadas con el uso de talco en algunos de sus productos.
A pesar de la incertidumbre que ha generado la noticia a nivel global, especialmente en mercados clave como México, Natura &Co, el conglomerado brasileño que adquirió API en 2020, ha intervenido decisivamente.
Natura &Co ha firmado un acuerdo para adquirir las participaciones de capital en las operaciones no estadounidenses de Avon por 125 millones de dólares. Además, ha comprometido 43 millones de dólares en financiamiento deudor en posesión, asegurando la liquidez necesaria para que API continúe operando durante el proceso de bancarrota.
Fabio Barbosa, CEO de Natura &Co, ha subrayado que esta medida es crucial para simplificar la estructura corporativa de Avon y otorgar mayor autonomía a sus unidades de negocio a nivel global. “El proceso de bancarrota maximizará el valor de los activos de Avon y nos permitirá abordar nuestras obligaciones de manera ordenada”, comentó John Dubel, presidente de API.
Con respecto a México, un mercado donde Avon mantiene una fuerte presencia a lo largo de décadas, Natura &Co asegura que la bancarrota de API no afectará las operaciones en América Latina.
“Los negocios operativos de Avon fuera de Estados Unidos, que continúan avanzando en iniciativas estratégicas, no son parte de los procedimientos del Capítulo 11, y las cosas siguen igual en los mercados internacionales de Avon”, indicó el holding en un comunicado reciente.
Este respaldo de Natura &Co busca tranquilizar a los representantes y clientes de Avon en México, donde la venta por catálogo sigue siendo un canal crucial de distribución, especialmente en áreas rurales y con acceso limitado a tiendas físicas.
Aunque la situación financiera global de la empresa podría influir en decisiones futuras sobre inversiones y expansión en la región, el proceso de bancarrota se está manejando de manera que minimice el impacto en los mercados internacionales.