Tiempos de aprender

Juan Carlos Ramos León.
Juan Carlos Ramos León.

Cuando la pandemia comenzó a aporrear con todas sus fuerzas a los españoles éstos salían a los balcones de sus departamentos a cantar y aplaudirse todos los días a eso de las ocho de la noche. Lo hacían para darse ánimos unos a otros, para reconocerse el hecho de estar sanos, para congratularse por estar … Leer más

Cuando la pandemia comenzó a aporrear con todas sus fuerzas a los españoles éstos salían a los balcones de sus departamentos a cantar y aplaudirse todos los días a eso de las ocho de la noche. Lo hacían para darse ánimos unos a otros, para reconocerse el hecho de estar sanos, para congratularse por estar vivos. Así yo aprendí que esta pandemia nos separó a todos mandándonos a nuestras casas pero no pudo contra nuestro deseo de estar juntos. Quiso poner entre nosotros una barrera física para impedir que nos abrazásemos pero no contaba con que encontraríamos las herramientas para conservar y, aún, fortalecer nuestros vínculos.

Cuando la pandemia comenzó a sugerirme “es más seguro, quédate en casa” me lamenté por mis hijos pues su contacto social se vería seriamente afectado. No acudirían a la escuela a correr detrás de sus compañeros en sus recreos. No irían más a fiestas infantiles ni cobrarían su bolo al término de las mismas. Quedarían confinados en un encierro domiciliario sin tener culpa alguna ni entender muy bien el por qué. Pero yo aprendí que para sus mentes y sus espíritus juguetones no existen límites ni posibilidad alguna de imponerles restricciones a su creatividad y sus ganas de jugar, de ser felices y de reír. Y que, por el contrario, el incremento en el tiempo que les dedicamos sus padres, los juegos de mesa, las películas compartidas, el retomar aquellas viejas costumbres familiares de rezar juntos y de ver álbumes de fotos les agotarían de igual forma las energías que antes empeñaban en sus consolas de video, tabletas electrónicas y juegos con vecinos y amigos.

Esta pandemia me ha concedido las mejores oportunidades para aprender quién soy, en dónde estoy y hacia dónde voy; me ha permitido aprender los “por qué” y los “para qué” de muchas cosas que siempre han estado aquí pero que antes no veía; de muchas cosas que siempre he tenido y, quizás, no había valorado como hasta ahora; de muchas cosas que antes parecían no tener sentido y que ahora comprendo que no podría vivir sin ellas.

Email: [email protected]




Más noticias

juan carlos ramos leon
juan carlos ramos leon
juan carlos ramos leon
juan carlos ramos leon
juan carlos ramos leon
juan carlos ramos leon

Contenido Patrocinado