Discursos de odio

Juan Carlos Ramos León.
Juan Carlos Ramos León.

Me llegan a sorprender tantas personas que en sus perfiles en redes sociales se la pasan atacando a la Iglesia Católica como si ésta les hubiese quemado a algún familiar directo en la hoguera, como lo llegó a hacer la Santa Inquisición. Me han dado ganas de preguntarles “¿qué te hizo la Iglesia?”. Me pongo … Leer más

Me llegan a sorprender tantas personas que en sus perfiles en redes sociales se la pasan atacando a la Iglesia Católica como si ésta les hubiese quemado a algún familiar directo en la hoguera, como lo llegó a hacer la Santa Inquisición. Me han dado ganas de preguntarles “¿qué te hizo la Iglesia?”. Me pongo a dar un vistazo a sus perfiles y noto que no proponen nada, no aportan nada, no promueven nada y sólo atacan y atacan. ¡Claro! Siempre ha sido más fácil destruir que construir. Y de los que comentan los posts que alguno que otro incauto trata de compartir con alguna buena noticia de un fiel o un jerarca católico, mejor ni se diga. Se regocijan escribiendo todo tipo de insultos, sacando a relucir su exuberante ignorancia, muchas veces revestida de toda serie de argumentos rebuscados que, de inicio, impresionan un tanto pero que acaban en no conducir a ninguna parte ni brindar mayores aportes sólo logrando confundir y desviar la atención de lo inicialmente expuesto.

Ahora con el tema de la contingencia sanitaria por cuestiones de la pandemia que todo el mundo está sufriendo, si se abren los templos para el culto público, “la Iglesia Católica es una irresponsable” y se van a los medios a exigirles que exhiban todo tipo de evidencia en su contra cuando los bares y las cantinas están saturados de personas y ahí sí nadie va a ponerles peros. El caso es que nos sobran los promotores del rencor. Por favor, si usted en verdad desea vivir de manera saludable, no se contamine con tanta porquería. No les dé cuerda a los que, con sus discursos de odio solo fomentan la división y el encono. No los siga, no los escuche, no vote por ellos, no los elija para representarlo en cualesquiera de los puestos políticos a los que aspiran. Bloquéelos en redes sociales, no trate de enredarse con ellos en discusiones estériles pero, eso sí, viva como usted sabe que debe de vivir para que no encuentren en usted motivo alguno para alimentar sus hogueras.

Viva en paz y promuévala.

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