Sin casa y sin estado

José Napoleón García
José Napoleón García

Alguna vez seguramente hemos escuchado el viejo cuento de la niña de los zapatos rojos, el cual relata la historia de una niña muy pobre que vendía cerillos la noche de Navidad. Tras el trabajo infantil, hay todo tipo de historias, hay quien por circunstancias de la vida ha tenido que salir a ganarse el … Leer más

Alguna vez seguramente hemos escuchado el viejo cuento de la niña de los zapatos rojos, el cual relata la historia de una niña muy pobre que vendía cerillos la noche de Navidad.

Tras el trabajo infantil, hay todo tipo de historias, hay quien por circunstancias de la vida ha tenido que salir a ganarse el sustento por sus propios medios desde muy corta edad, lo cual es totalmente admirable pues el trabajo dignifica al hombre.

Por otro lado, en Zacatecas es frecuente observar en las esquinas de los semáforos a niños pidiendo limosna, a veces incluso acompañados de sus padres. El tema muchas veces pasa desapercibido, se vuelve algo cotidiano que simplemente se ignora.

Es difícil negarse a dar una moneda a un niño en esta situación; sin embargo, el dar dinero a los niños solo contribuye a que los pequeños sigan siendo usados por adultos como fuente de ingreso.

El problema rara vez es mencionado por autoridades, en el Código Familiar del Estado de Zacatecas, se ordena al Estado por medio del Sistema Estatal DIF dar protección y cuidado a niños que estén siendo expuestos en la vía pública.

La presidenta honorifica del DIF municipal de Zacatecas, Karen Méndez, entregó el pasado 19 de diciembre una beca económica de 420 pesos mensuales a 19 niños trabajadores, con la finalidad de que no abandonen sus estudios.

Sin embargo, los esfuerzos del DIF municipal se ven reducidos por la realidad que se sufre en las calles, se necesitan acciones más contundentes, que involucren a varios actores, tanto autoridades, como sociedad.

Se debe ejercer una acción legal sobre los padres que permiten que sus hijos pidan limosna.

El estado mexicano no tiene coherencia cuando gasta millonarios recursos en la lucha contra la delincuencia organizada y se olvidan de proteger y mantener lejos del crimen a niños vulnerables.

A falta de un padre y una madre (o en su caso responsables) el estado mexicano tiene que ser padre, tiene que educar y dar techo a infantes que carecen de él.




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