Antonio Macías se ganó su Estrella de Oro en la herrería

ZACATECAS.- Conozca ahora a Antonio Macías Hernández, un don bien trabajador que se la rifa bien chido con sus obras de herrería. Si se fija bien, y pregunta, puede ver su trabajo en muchas partes.

Ya sea en los balcones de algún edificio o en distintas ventanas de una calle, en puertas o en otras muchas obras que acostumbran hacer los herreros, puede que usted ya haya visto el trabajo de don Tony, sin saberlo.

A sus 54 años, don Toño sigue dedicándose a este bello oficio del que está muy orgulloso y que le ha dado para sacar adelante a su familia, pues es de ahí donde saca la mayor parte de su sustento en estos días.

Así forjó su pasión

Don Tony es del mero Zacatecas, donde se ha dedicado a trabajar en esto unos 40 años; según cuenta, le agarró el gusto a manejar el metal y transformarlo desde que estaba en la primaria.

Y así, bien chavillo, a sus 14 años, supo ver que ahí estaba su futuro y que a eso se dedicaría el resto de su vida. Todo gracias a una actividad que realizaron cuando andaba en la escuela.

Como él mismo dijo: “En la primaria nos encargaban de tarea llevar unos fierros que teníamos que soldar en compañía de nuestros padres, era como un conocimiento extra a parte de lo académico”

Y desde ahí se puso a trabajar unos años en talleres de herrería, hasta que ahorró dinero para instalar su propio negocio, al que le puso el taller de herrería “Estrella de Oro”, ubicado en la calle Níquel de la colonia del mismo nombre.

Así emprendió su negocio

Por si tienen algún trabajito para llevarle a nuestro queridísimo don Toño, no lo dude porque tiene su propio negocio desde hace unos 25 años.

Aunque para lograrlo empezó desde muy abajo, pero su esfuerzo valió la pena, porque ahorita ya se le conoce mucho por la calidad de su trabajo, tanto así que ya tiene una clientela de confianza.

Gracias al empeño que le pone este don a su labor, se animó a lanzarse a los Estados Unidos, ahí se fue una temporada a Florida, California e Illinois, donde también hizo herrería, hasta que decidió volver a su México.

Don Toñito atiende su taller de lunes a viernes, desde las 9 de la mañana hasta las 6 de la tarde; y los sábados trabaja nada más hasta las 2 de la tarde. Pero el domingo no lo busquen, es su día de descanso.

Y no se rinde

Luego de una semana de mucho trabajo, se toma su día. Según nos cuenta el mismo Don Toño, este es un trabajo que no sólo es pesado, también es muy peligroso, cualquiera que no se ponga listo puede salir lastimado o peor.

Hasta él, que es muy bueno en lo que hace, le han tocado accidentes, como la caída de rebabas en los ojos y quemaduras en las manos, esas casi siempre son de cajón.

Pero aun así con quemaduras y cortadas, don Antonio no se rinde, porque este oficio es su vida y su sostén.

Así que sigue echándole valor, pues disfruta mucho de crear cosas para sus clientes y siempre los deja contentos.