Mi delito… tener una madre alcohólica

Historias de Lobos.
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Una joven y sus hermanos sufren desde niños los constantes problemas conyugales entre sus padres, hasta que se divorcian. Su madre, al verse sola y divorciada, le da un giro a su vida en donde el alcohol y las fiestas ponen en riesgo a sus propios hijos. La hija mayor decide separase de su madre … Leer más

Una joven y sus hermanos sufren desde niños los constantes problemas conyugales entre sus padres, hasta que se divorcian. Su madre, al verse sola y divorciada, le da un giro a su vida en donde el alcohol y las fiestas ponen en riesgo a sus propios hijos.

La hija mayor decide separase de su madre y llevarse a sus hermanos. Involucrándose en graves conflictos familiares.

La separación

Mi mamá y yo tenemos muchos problemas. Todo empezó desde que mis papás se divorciaron; para esa época yo tenía 12 años.

Ella tiene mucha necesidad de estar peleando con la gente y nunca está contenta con nada.

Cuando mi papá estaba aquí eran pleitos por todo. Se agarraban a golpes y los insultos eran muy feos. Mi papá un día dijo que mejor era divorciarse.

Mi mamá se puso como loca, dijo que se iba a suicidar y duró tomando una semana.

Como mi papá se había ido de la casa, mi mamá ni a la escuela nos llevaba. Le llamé a mi papá y fue por nosotros.

Mi mamá lo denunció con la policía, dijo que nos había secuestrado y muchas mentiras más y casi meten a mi papá la cárcel.

Procesos judiciales

Mi mamá fue a poner denuncias en contra de mi papá; primero dijo que nos golpeaba a todos. A nosotros nos traían de aquí para allá, haciéndonos exámenes y nos llevaba con el Ministerio Público.

Nos decía que mi papá era muy malo, que nos quería dejar sin nada y en la calle, que de chiquitos siempre nos pegaba. Yo no le hacía caso de decir mentiras, mis hermanitos a veces no sabían ni que decir.

Mi mamá me regañaba horrible, duraba toda la tarde gritándome. Me decía muchas cosas muy feas, que me odiaba, que yo quería verla muerta. Yo me quería ir de ahí, le dije que mi papá me quería alejar de ella.

Mi papá aceptó que nos fuéramos los tres con él. Mis hermanitos también querían irse con mi papá a la casa de mi abuelita, ellos lloraban mucho porque mi mamá no nos atendía.

Nunca había nada que comer porque ella ni cocinar sabe y yo les preparaba, era como su mamá. Les lavaba su ropa, los ayudaba con la tarea y en una ocasión que mi hermanita se enfermó del vómito la lleve sola al doctor, apenas tenía 12 años.

Cuando mi madre supo que nos queríamos ir volvió a denunciar a mi papá por otro delito de un supuesto fraude que según ella le hizo mi papá de unos cheques, pero nada era cierto.

Mi papá hizo trámites en el juzgado para llevarnos legalmente a vivir con él, o sea, para tener la custodia. Mi mamá se opuso de todas las maneras posibles.

Alcoholismo

En el juzgado se tardaban mucho en decir si nos podíamos ir con mi papá. Para ese tiempo mi mamá ya bebía todos los días, tomaba desde la mañana.

Me levantaba temprano para alistar a mis hermanitos para irnos a la escuela, pero mi mamá no despertaba, su cuarto siempre olía a alcohol.

Le llamaba a mi papá para que fuera por nosotros y de esa manera no faltábamos. Cuando llegábamos a la casa, mi mamá estaba muchas veces mal. Yo la veía y me daban muchas ganas de llorar, pero no lo hacía por mis hermanitos. Le decía a mi mamá que porque estaba así y me empezaba a decir que ella tenía muchos problemas por mi culpa, porque yo no la apoyaba con lo que hacía en contra de mi padre.

Eso me hacía sentir muy mal, sobre todo culpable. También me decía que estaba así por la tristeza de que nos íbamos a ir y que se iba a quedar sola sin hijos.

Cuando me dijo eso hablé con mi papá, pero no le dije que mi mamá bebía porque me daba mucha vergüenza y tenía miedo.

Le dije a mi mamá que ya nos quedaríamos con ella pero que ya no tomara. Fue un error muy grande porque mi mamá empeoró. Empezó a salirse para que ya no la viéramos borracha, se iba a fiestas y llegaba muy tomada.

Enfermedad

Mi papá se enfermó del corazón por tantos problemas con mi mamá y eso provocó que cerrara su negocio. Mi mamá era inhumana con mi papá, lo quería dejar en la ruina, ella decía que no descansaría hasta verlo en la ruina o muerto.

Él enfermó demasiado, le dio diabetes y otras complicaciones. De esas complicaciones le tuvieron que amputar una pierna y de ahí se fue para abajo, cada vez estaba peor; estaba muy flaco y se veía mal.

Mi mamá ni así lo dejaba de molestar y le peleaba bienes y dinero que según ella había del negocio que tenían cuando estaban casados. Mi papá trabajaba mucho, pero mi mamá todo se lo gastaba, por eso mi papá se enfermó tan grave.

Riesgos

Acababa de entrar a la preparatoria, mi mamá seguía con su adicción al alcohol y al tabaco. No sé en donde conocería a unas amistades nuevas que también son alcohólicas.

Empezaron a hacer fiestas en mi casa, bueno mi mamá le decía fiesta, pero la realidad era que solo se ponían a tomar y a carcajearse hasta muy noche, aunque mis hermanos y yo ahí estuviéramos ahí.

Un día uno de sus amigos se metió a mi recámara, me asusté muchísimo, dijo que estaba buscando el baño, pero yo no estaba dormida y abrió muy “quedito” y cerró igual como sin hacer ruido, yo me puse a gritar.

Subió mi mamá y el tipejo borracho solo decía que estaba buscando el baño. La casa de mi mamá tenía baño abajo y las recamaras estaban arriba.

Al día siguiente hablé con mi mamá, le dije que si se daba cuenta de los riesgos que estaba llevando a casa. Me dijo que era una exagerada que yo la quería ver infeliz y que ese tipejo era su novio. Me quedé de una pieza.

Pensé en mis hermanitos, le dije que ya no podíamos estar ahí, que la dejaríamos hacer su vida.

Ese día era un jueves y el sábado en la mañana mi mamá volvió a amanecer ebria.

Guardé todas las cosas de mis hermanos y nos fuimos de la casa. Yo sabía que mi papá no podía con la responsabilidad, pero también me necesitaba.

Denuncia

Mi madre volvió a ir al Ministerio Público, yo creo que no le creyeron o ya la conocen, pero su denuncia no procedió, solo pudo levantar un acta. Casi no la vemos porque ella sigue en sus borracheras y se llevó a vivir ahí al tipejo ese.

Nosotros vivimos con mi papá y vamos saliendo adelante. Nunca le dije a mi papá todo lo que pasamos con mi mamá para no mortificarlo por su enfermedad.

Yo sé que cometí un error en no decir el problema de mi mamá, pero tenía miedo de que se fuera a suicidar o algo así.

Después de seis años de tener muchos problemas judiciales, por fin mi mamá le firmó el divorcio a mi papá.

Yo voy a estudiar Derecho y Psicología para ayudar a las personas que tengan muchos problemas como nosotros.

Detén el ciclo

Los jóvenes que son hijos de alcohólicos están expuestos a un mayor riesgo de volverse alcohólicos. Los científicos creen que esto obedece tanto a la genética como al ambiente en que se desarrollan los niños.

Por ejemplo, pueden empezar a beber como forma de evitar el miedo, el aburrimiento, la ansiedad, la tristeza u otras emociones desagradables.

Entender que podría haber un problema y encontrar a adultos y compañeros que pueden ayudar sería la mejor forma de reducir el riesgo a que los jóvenes tengan problemas con la bebida.

El alcoholismo es una enfermedad. Puedes expresar amor y apoyo a un ser querido pero nunca podrás poner fin a sus problemas con la bebida.

Hablar sobre el problema, buscar apoyo y elegir formas saludables de afrontar los problemas son elecciones que puedes hacer para sentir que controlas más la situación.

Ser consciente de cómo te afecta el problema de tu progenitor con el alcohol te ayudará a ver las cosas en perspectiva.

Por ejemplo, algunos jóvenes que viven con adultos alcohólicos tienen miedo de decir lo que piensan o demostrar cualquier enfado normal u otras emociones porque temen desencadenar la conducta de beber en el alcohólico.

Recuérdate que no eres responsable de que tu progenitor beba demasiado y de que no puedes provocar ni detener ese comportamiento.




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