Mi delito… solaparlo

Historias de Lobos.
Historias de Lobos.

Una madre de familia sobreprotege y justifica a su hijo, quien ha cometido desde robos hasta tentativa de homicidio. Aun así su mamá lo ha ocultado en reiteradas ocasiones de la acción de la justicia. Hasta donde el cariño de una madre puede dañar a un hijo. La mamá Usted no sabe lo que me … Leer más

Una madre de familia sobreprotege y justifica a su hijo, quien ha cometido desde robos hasta tentativa de homicidio. Aun así su mamá lo ha ocultado en reiteradas ocasiones de la acción de la justicia. Hasta donde el cariño de una madre puede dañar a un hijo.

La mamá

Usted no sabe lo que me “puede” mi hijo, siempre me lo han acusado de cosas que él no hace. Mi hijo es incapaz de ninguna maldad.

La gente no entiende que cuando una es madre soltera sufre mucho y le quieren señalar a los hijos. Cuando el padre de mi hijo nos abandonó, le afectó demasiado. Él lloraba mucho en la escuela y estaba calladillo.

Los compañeros lo molestaban y el solo se defendía. De ahí la maestra me lo agarró de “carrito”, o sea nada más contra él la traía. Me llegó a decir que si quería los viernes no lo llevara a la escuela. Siempre me estaba dando quejas de él. Que si ya le había pegado a un niño, que sí ya a otro. Luego me mandaban llamar que porque no cumplía con las tareas. Todo eso no es cierto. Yo lo que digo es que esas maestras me le agarraron como odio. Yo si veo que mi hijo es inquieto pero de ahí a que fuera malo, no.

Suspensión

Lo cambié de escuela porque yo sentía que en esa no me lo querían; además, a él no le gustaba. Me decía que estaba muy fea y le decía que le echara ganas, que poco a poco se iba a acostumbrar.

Me empezó a llamar la maestra que porque mi hijo le hacía unos berrinches muy feos, se restregaba en el piso y lloraba. Estaba en tercero de la primaria. Me mandaban llamar que porque no anotaba la tarea. Pero lo que yo digo es que la maestra se la tenía que anotar en su cuaderno. Pues lo que hacía mejor es que a la salida me iba más temprano para anotarle la tarea. Y así si cumplía.

Yo digo que el día que me descompusieron a mi hijo, fue el día que lo suspendió esa maestra. Me mandaron llamar a la dirección, ni siquiera se esperaron a la hora de la salida. Me lo tenían ahí sentado llorando.

Me dijeron que se había agarrado a golpes porque un niño le reclamó unas cosas que supuestamente mi hijo le había robado de la lapicera. Pero eso no era verdad ese niño se las había regalado días antes. Si yo se las vi y le pregunté y él me lo dijo.

No nos creyeron nada, y como a ese niño le había sacado la sangre de la nariz y le había roto el suéter a mi hijo me lo suspendieron una semana. De ahí todo se vino para abajo.

Deserción escolar

A la semana ya no quiso regresar a la escuela. Él no quería, yo lo sufrir y me lo pedía llorando. Ya no lo mandé. Le dije que el siguiente año se emparejaría.

Al otro año lo volví a cambiar de escuela, pero como soy sola lo mandaba a la escuela pero él no iba, así que ya no acudió desde tercer año.

Noble

Las malas compañías me lo perdieron. Pero mi hijo es bueno, es un buen muchacho muy noble. Así como lo ve, va y hace trabajitos de albañil, de plomero y me arrima dinero para los gastos de la casa. Mi hijo siempre me dice que para eso lo tengo a él.

La realidad

Andábamos en un “antro” en la feria. Yo iba con mi novia y unos amigos. Estábamos tranquilos porque tenía que dejar a mi novia a la 1:00. En eso ya íbamos desalida del antro y se vio que llegaron unos vatos muy “fantoches”.

Uno de ellos me tiró con el hombro adrede para empujarme y yo le pegué a mi novia. Le dije “eh fíjate vato”, así nada más. Mi novia me dijo que era “El Pichis” y a ese vato se le conocía de peleonero y buscapleitos. Mejor nos salimos del antro para agarrar taxi y cuando íbamos por atrás de la Plaza de Toros nos alcanza “El Pichis”, y veo que bajan por la escalera otros vatos corriendo. “El pichis” me tiró un golpe a la cara pero me agaché y lo esquivé.

En ese mismo momento sentí un lado de mi cuerpo muy caliente y me fijé que me estaba saliendo un chorro de sangre. Me apoyé en la pared y me caí porque sentí que se me fueron las fuerzas. Mi novia se puso a gritar que nos ayudaran. Mis amigos se habían entretenido en el baño.

Estaba ahí tumbado y de pronto vi que otro de los que andaban con “El Pichis” se acercó y dijo “mejor hay que fregarlo” y me encajó un cuchillo en la espalda. Mi novia gritaba que nos ayudaran.

Y en eso llegaron mis amigos y dos se quedaron conmigo, uno se quitó su camisa y con sus manos me detenía la sangre. Mi novia le llamó a la ambulancia. Mis otros amigos se fueron a alcanzar a estos vatos, pero yo les hacía la seña de que no. Para que no se los fueran a filerear como a mí.

Su amigo

Ya íbamos de salida del antro para ir a dejar a la novia de mi amigo y luego nos regresaríamos a las bandas. Le dijimos que nos esperaran afuera porque fuimos al baño. Cuando salimos no los vimos.

En la puerta alcancé a escuchar que la novia de mi amigo gritaba pidiendo ayuda y corrimos. Estaba golpeado de la cara y sangrando de la nariz y de la boca. Me dijo que “El Pichis” lo había navajeado y que luego llegó un chavo chaparro, moreno, con ropa floja tipo cholo, y que dijo “hay que chingarlo”.

Su novia me dijo que ese chavo sacó algo del pantalón pero que no se percató que era. Que ellos siguieron caminando y que dos los iban siguiendo. Que alcanzó a ver a otros que venían de las escaleras y que se fueron sobre mi amigo y que a ella la aventaron.

Yo nada más atiné a quitarme la camisa para detenerle la sangre a mi amigo. Esos vatos andaban drogados, porque mis otros amigos se fueron a seguirlos y a uno se la cayó una bolsa con marihuana y dijo que otro vato se regresó por su bolsa, pero en ese momento no lo alcanzó.

Mis otros amigos vieron como uno de ellos iba corriendo con un cuchillo en la mano, a ese le dicen “El Pichis” y estaba todo lleno de sangre, pero no lo alcanzaron porque se subió a un taxi. Agarró a mi amigo por la espalda y cuando ya estaba tumbado por el navajazo que le dio “El Pichis”, lo quiso rematar. Mi amigo estuvo muy grave en el hospital porque le perforo un riñón y el otro piquete casi le llega al corazón. Lo bueno es que llegaron rápido de emergencias.

Madre comprometida

“Mi hijo no está, no lo he visto y estoy muy preocupada por él. Yo estoy segura de que él es incapaz de hacer eso”. Esta mujer mantenía oculto a su hijo y no lo dejaba salir. Destruyó la ropa ensangrentada que su hijo portaba el día que trató de privar de la vida a un joven y pensando que le hacía un bien, lo protegía de la acción de la justicia. Ahora su hijo está preso, después de tener varias investigaciones por delitos diversos.

12 reglas para criar a un hijo delincuente

  1. Comience la infancia dándole al niño todo lo que desee.
  2. Cuando aprenda groserías celébrelo con risas.
  3. Nunca le de formación espiritual alguna, espere a que él tenga 18 años y déjele decidir por sí mismo.
  4. Evite el uso de la palabra “incorrecto o malo”, puede desarrollarle un complejo de culpabilidad.
  5. Recoja todo lo que deje por allí tirado; libros, zapatos y ropas; de esta manera aprende a echar toda la responsabilidad sobre otros.
  6. Déjele que lea cualquier material impreso sobre el cual ponga sus manos y vea en internet todo lo que quiera.
  7. Mantenga frecuentes disputas en presencia de sus hijos.
  8. Dele a su niño todo el dinero que desee gastar; no le permita ganarlo por sí mismo.
  9. Satisfaga todos sus caprichos.
  10. Póngase de parte de él contra los vecinos, maestros y policías.
  11. Cuando él se meta en dificultades verdaderas, discúlpese diciendo “nunca pude hacer nada con él”.
  12. Nunca lo reprenda, ni le llame la atención por nada, justifique todos sus berrinches y culpe a los demás de las malas acciones que cometa su hijo. Entonces prepárese para tener a un delincuente en casa, en la cárcel o en el peor de los escenarios en el panteón.



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