Mi delito… no poderlos criar

Historias de Lobos.
Historias de Lobos.

Los hechos…   La falta de educación sexual y la desorientación que pueden llegar a tener las adolescentes, las dejan vulnerables y expuestas a un sinfín de vivencias no adecuadas para su edad. En esta historia una joven mujer a la edad de 19 años ya ha estado embarazada en 4 ocasiones, su último embarazo … Leer más

Los hechos…

 

La falta de educación sexual y la desorientación que pueden llegar a tener las adolescentes, las dejan vulnerables y expuestas a un sinfín de vivencias no adecuadas para su edad.

En esta historia una joven mujer a la edad de 19 años ya ha estado embarazada en 4 ocasiones, su último embarazo de cuates. La desesperación, la falta de recursos económicos, la falta de apoyo familiar, entre otras cosas, la orillan a tomar decisiones dolorosas.

 

Su historia

 

Yo no sé si he cometido un delito pero yo quisiera que me comprendieran y no me tacharan de lo peor.

Tenía catorce años cuando quedé embarazada la primera vez, yo no sabía ni que la verdad, no sabía cómo cuidarme, ni sabía muchas cosas de la vida. Me buscaban los hombres porque me desarrollé muy rápido y cuando una es chiquilla pues cae bien fácil. La verdad la situación en mi familia era difícil, faltaba mucho el dinero y con eso las oportunidades. 

Conocí a ese chavo, él tendría como veintiséis años, él si tenía trabajo y me dijo que me iba a sacar de la maldita pobreza en la que vivía, mi casa ahí con mis papás era nomás un cuarto, la calle ni pavimento tenía y mi papá fue ayudante de albañil, toda su vida, ya estaba grande y un accidente en la obra, lo lesionó y ya no podía trabajar, mi mamá lavaba ajeno para sacarnos adelante. 

 

A veces nos llevaba a las casas de la gente en donde lavaba y a mi me daban ganas de tener cosas bonitas como las muchachas que ahí vivían. Crecí queriendo todo y faltándome todo. 

 

Entonces conocí a este chavo y me empezó a regalar blusitas y pulseras. Me invitaba en la tarde a dar la vuelta, el chavo traía su camioneta porque vendía verduras y yo me apantallé. Me dijo que en cuanto cumpliera los quince me iba a robar para llevarme a vivir a su casa y luego nos casáramos. Me dijo que necesitaba estar seguro de mi amor y me pidió una prueba, me dijo que le entregara mi virginidad. 

 

Todo cambió

 

Me acosté con él. La primera vez no sé qué pasó pero él me dijo que yo no era virgen, se enojó mucho, me insultó, pero yo le juro que no había estado con nadie pero él ni me creyó. Me siguió visitando pero ya no era diario y cada vez que iba nomás iba a eso, terminaba y se iba. Yo le decía que cuando me iba a robar y él me dijo que ya me había robado. 

 

No comprendí lo que me dijo, dos meses después me di cuenta de que no me llegaba mi regla y una amiga me llevó con una partera y me dijo que estaba embarazada. Yo me emocioné mucho, creí que ahora si me llevaría con él. Lo esperé quince días y no iba. Llegó un viernes en la noche como a las nueve. Salí a verlo yo con la noticia que le iba a dar. 

 

Salí y el venía con un amigo, me dijo que fuéramos a dar la vuelta él estaba tomando cervezas. me subí en medio de los dos y nos fuimos. Me iba tocando las piernas y el amigo se hacía el que no veía. luego se paró allá por Vetagrande y yo le dije que tenía que decirle algo. 

 

Me desechó

 

Me dijo que eso, señalándome el estómago no era de él. Me dijo que yo ya había estado con otros y que él no era el papá de eso. Me dijo que no quería saber nada de mí. 

 

Me regresó a mi casa, me bajó como una perra de la calle y me dijo que ni se me ocurriera volverlo a buscar. Después supe que se juntó con una chava más grande que yo, que ya tenía dos hijos de otro. Eso me destrozó porque yo esperaba a que naciera el bebé para que lo vieran y lo quisiera.

Nació mi hija, yo la llevé para que la vieran porque era igualita que él, la vio y me dijo que me largara, no nos quiso.

 

Otro bebe

 

Me sentía muy mal, muy sola, yo no sabía ni que hacer y me dijeron que lo que tenía que hacer es buscarle un papá a mi hija. Pero yo quería darle en donde le doliera a este, estuve saliendo con otro chavo y parecía que todo iba a ir muy bien. Yo no me justificó, pero otra vez me equivoqué. Porque un día pasó de que el papa de mi hija fue a buscarme a la casa y mi novio me vio platicando con él. Lo malo es que yo ya estaba embarazada de nuevo, tenía meses mi hija, yo no sabía cómo cuidarme y mi mamá solo me decía que cerrara las patas. 

Las cosas se vinieron abajo y este me dejó embarazada. Tuve otra niña. Pero el me la quitó estaba muy chiquita y simplemente se la llevó. Su familia se aferró a llevarse a la niña, no me dejaban verla, ni de lejos. De todas maneras yo no tenía para darle una buena vida. 

 

Otro novio, otro hijo

 

Como que todo me empezó a valer. Yo andaba con chavos con uno y con otro.  Me hice de un novio, él era albañil. Decía que me quería, yo ya no creía y por eso me destapaba y me iba con otros, para colmo de mi vida volví a salir con mi panza. La verdad ya no supe ni de quién era. Nació y resultó ahora un niño. Mi hijo nació como con retraso, pero si acataba bien todo. Ya me calmé y dejé de salir un tiempo, yo creo que nació así porque yo le entraba duro al alcohol. Cuando me salía a dar la vuelta con los que me iban a buscar. Ya cuando nació sí supe que era de ese novio porque todos mis hijos me han salido igualitos a sus padres. Uno se va echando fama y eso me siguió toda la vida porque ninguno de ellos se quiso hacer cargo de sus responsabilidades, ni siquiera me los registraban, nomás tienen un apellido mis hijos.

 

Los últimos

 

Yo nomás veía que me estaba poniendo gorda otra vez. Les decía que me habían embrujado. Pero ya ni me creían, mi mamá ni me decía nada “pos”  ya que. Pero los problemas de dinero me mataban, yo trabajaba en casas, y como podía sacaba adelante a mi hija y al niño. La otra ya me la habían quitado y ahora “empanzonada” otra vez ya que le hacía. Una hierbera me dijo de unas hierbas que me tomara para echarlos. Pero yo hice todo lo que me dijo y nomás me daban cólicos bien fuertes, pero no se salieron. 

 

Yo ya no sabía ni qué hacer. Cuando no estaba panzona los amigos que buscaba me daban dinero a cambio de que me quedara a dormir. Pero panzona no les gustaba. 

Para ese tiempo yo trabajaba con una señora y ella me ayudaba en lo que podía. Cuando nacieron los cuates. Yo no los quería ni ver, no sabía ni que iba a hacer, ni cómo los iba a mantener, yo ya no quería seguir teniendo hijos.

Tenía diecinueve años y me la había pasado panzona. Los doctores nomás me dijeron que me iban a operar, porque las trabajadoras sociales me preguntaron y dijeron que a ese paso a los cuarenta ya iba a tener veinte hijos o más.

Yo nomás regalé a mis hijos. Estaban casi recién nacidos.  No quedaron juntos, una señora divorciada se quedó con uno y una parienta de ella se quedó con el otro. Bueno eso me dijeron. Yo ni supe. 

 

No sé si hice bien

 

Ahora tengo treinta años. Me acuerdo y no sé cómo pude hacer tantas cosas. Mi padre Dios me castigara. No sé cómo, pero lo hará. A mi no me dolió nada regalarlos porque yo no tenía que ofrecerles. Si yo no me sabía ni cuidar menos iba a saber cuidar a nadie. Ya nunca los volví a ver. Supe por oídas que están bien. Tuvieron mucha suerte de que les tocaron familias buenas que los cuidaron y los sacaron adelante. 

 

De la niña que me quitaron ya está grandecita y ella sabe que soy su madre pero no me habla, me la he topado de frente con su papá y pareciera que soy una desconocida aún con que lleva también mi sangre. Siento muy feo, pero tampoco le hubiera podido dar una buena vida. Con los hijos que me quedé nunca les faltó nada.

 

Siempre vi la manera de sacarlos adelante, ellos, me han recriminado siempre que yo regalé a sus hermanos. La más grande me grita que vaya a buscarlos. Pero yo no sé si ellos sabrán que son regalados. Para que les arruino su vida. Mejor así. El otro me dice que nunca tendrá hijos, “pos” allá él.

Solo pido perdón, yo no escogí la vida que me tocó.

 




Más noticias


Contenido Patrocinado