Mi delito, hacer amigos en internet

Historias de Lobos.
Historias de Lobos.

En la actualidad el uso de internet y redes sociales es parte de nuestra vida. Los jóvenes no conciben el mundo sin él. Es una herramienta tecnológica extraordinaria, pero desgraciadamente como todo, en las manos equivocadas representa un peligro latente. Hay muchas personas adultas con muy malas intenciones, que se hacen pasar por alguien más … Leer más

En la actualidad el uso de internet y redes sociales es parte de nuestra vida. Los jóvenes no conciben el mundo sin él. Es una herramienta tecnológica extraordinaria, pero desgraciadamente como todo, en las manos equivocadas representa un peligro latente.

Hay muchas personas adultas con muy malas intenciones, que se hacen pasar por alguien más para llegar a ellos de manera fácil. Inclusive llegar a adultos en situación de alguna vulnerabilidad.

Una chica de preparatoria vivió una pesadilla, según sus propias palabras. La inocencia de su edad la llevó a confiar plenamente en un sujeto que conoció en alguna red social.

Él le hizo creer que era un joven de la misma edad, por lo que ella, inocentemente, proporcionó todos sus datos, sin imaginar el miedo y angustia que esto podría causar.

Quién es ella

Una jovencita de 16 años, de 1.65 metros aproximadamente, de cabello castaño claro; no usa maquillaje, sólo brillo de labios, de facciones agraciadas; pero con mucho miedo reflejado en sus ojos.

Se muestra en extremo asombrada por el impacto que tuvo en su familia saber que ella fue víctima de un sujeto sin escrúpulos y que pudo caer en una red de trata de personas.

Su historia

“Yo empecé a tener muchos amigos por Internet. Nos mandábamos mensajes y luego les daba mi número de celular, para que me agregaran al “whats”. Así he hecho muchos amigos.

“Platicábamos de todo. Algunos nada más me platicaban de la escuela, de sus novias, yo les platicaba qué hacía yo y así, normal. También nos mandábamos fotos; pero todo normal.

“Con él fue diferente porque me decía cosas bien bonitas. Me decía que él sabía que yo era preciosa, porque yo me describí, porque mi computadora no tenía cámara.

“Me dijo que le decían “Kike”, que tenía 17 años y platicábamos normal como con cualquier muchacho.

“Me contaba que él estaba solo, que no tenía papá y que su mamá trabajaba todo el día. Que con sus hermanos no se llevaba bien, porque ya eran más grandes.

“Me dijo que estaba muy lastimado porque la que era su novia se había acostado con otro que era su amigo. Él me decía que necesitaba a una muchacha como yo, que fuera buena y decente.

“También me preguntó si yo era virgen. Cuando le dije que sí, él se interesó más en mí. Me decía “muñequita” y eso me gustaba mucho.

“Platicábamos en la tarde y a veces en la noche. Todo era muy normal como novios, porque también me pidió que yo fuera su novia. Todo iba muy bien y nos hicimos novios.

“Él me dijo que era de Acapulco y me prometió venir a verme, pero quería que nos conociéramos más, porque él tenía planes de casarse conmigo.

“A mí no me parecía nada malo cuando platicábamos por mensaje. Como ya teníamos como 3 semanas de ser novios por Internet, él me decía que yo le describiera como lo besaría, pero primero me preguntaba que cuantos muchachos me habían besado.

“Yo sólo había tenido un novio y eso a él le gustaba mucho, me decía que él me iba a enseñar y que así yo siempre lo iba a querer mucho.”

Confiaba en él

“Yo confiaba en él, me lo imaginaba guapo. Él nunca me mandó ninguna foto ni nada, pero como era bien tierno conmigo, yo sí lo estaba queriendo mucho. Se me hacía muy raro que no quisiera hacer video llamada conmigo.

“Empezamos así, él me decía que me besaría poquito y muy lento y tiernamente, como si de verdad estuviera conmigo.

“Luego me decía que me acariciaría las manos y las mejillas, también el cabello, pero a mí no se me hacía nada malo y menos sospechoso.

“Yo le decía que lo quería mucho y que nada más estaba pensando en él y en todas las cosas que me escribía. Yo sí lo quería mucho y no me imaginaba todo lo malo que él era.

“Yo me lo imaginaba, así como un poco más grande que yo, flaquito, pero con su espalda ancha, porque él así me dijo que estaba.

“Me dijo que medía 1.75 metros y que pesaba 68 kilos, pero me decía que hacía mucho ejercicio y que jugaba fútbol americano.

“También me dijo que tenía su cabello quebradito y su nariz afilada y que sus ojos eran verdes y su piel blanca; pero que siempre estaba bronceado.

“Me dijo que le gustaba mucho la ropa Gap y de Old Navy y yo me lo imaginaba muy guapo. Me dijo que usaba loción de Hugo Boss y ahí empezó todo.

“Él también me preguntaba que yo qué marca de ropa usaba. Como tenemos familia en Estados Unidos, mis tíos siempre me han mandado mucha ropa de muchas marcas y perfumes.

“Yo no creía que fuera malo; él me empezó a preguntar eso de la ropa, luego me preguntaba la talla y jugábamos.

“Le decía que adivinara y él se hacía como que adivinaba y si me adivinaba me ponía castigos, que eran darle muchos besos cuando él viniera.

“Me decía que llevaba una libreta en donde anotaba todo lo que le gustaba que yo le dijera y que ahí también llevaba la cuenta de todos los besos que yo le debía.

“Me dijo que en cuanto él cumpliera los 18 años iba a venir a pedir mi mano, porque se quería casar conmigo.

Luego de esto, como me dijo que ya estábamos comprometidos y que yo sería su esposa y además tendríamos tres hijos, porque yo le dije que quería tener tres, me dijo que podíamos hacer muchas cosas.”

Cuando las cosas cambiaron

“Empezó a decirme que me sacara fotos sin ropa y se las enviara, pero cuando eso pasó, él ya sabía todo de mí.

“Sabía mi dirección, mis teléfonos. También sabía el nombre de la escuela, mis horarios, todo sabía. Pero yo estaba muy enamorada de él. Mis amigas sí sabían y hasta se emocionaban mucho cuando les platicaba.

“Un día le platique a “Kike” que mis amigas ya querían conocerlo y él se enojó muchísimo. Me dijo que todo eso era sólo entre él y yo, que no le dijera nada a nadie, porque lo iban a echar a perder metiéndome ideas en la cabeza.

“Me prohibió que yo le fuera a decir algo a mi familia. Yo no les decía nada porque me daba mucho miedo que me regañaran o ya no me dejaran usar la computadora.

“Un día cambió de repente de parecer y me dijo que le pasara los datos de mis amigas para conocerlas mejor.

“Que le mandara su “face o su insta” para que él les mandara mensaje, también quería sus teléfonos y sus direcciones. Yo si se lo mandé porque quería que confiara en mí.

“Él no me mandaba nada. A veces me mandaba fotos de él, pero nada más, me insistía mucho que le mandara fotos de mis amigas y me preguntaba que a dónde salíamos y con quién.”

Giro inesperado

“Él me pidió fotos de mi cuerpo, para conocernos mejor. Yo sabía que otras amigas sí les habían mandado fotos a sus novios.

“Cometí el error de mandarle una foto de cuando me iba a bañar, pero las otras fotos ya no se las pude mandar.

“Eso ya no me empezó a gustar, porque luego me empezó a llamar por teléfono y ahí me di cuenta de que se le escuchaba la voz como de señor más grande. Yo pensaba que así era su voz.

“Luego siempre estaba como enojado. Cuando me llamaba se le escuchaba la respiración muy agitada y se le hacía la voz más ronca y me daba mucho miedo.

“Me mandaba como páginas de pornografía, me decía que las abriera para verlas con él, porque quería que le mandara fotos así.

Quería que me fuera con él

“Él me decía que iba a venir por mí, yo estaba convencida de que nos íbamos a casar. Estábamos haciendo planes de que yo me fuera a Acapulco con él, me explicaba en que autobuses me tenía que ir.

“Un día me llamó una de mis amigas, estaba muy sacada de onda, porque me dijo que un tipo de Acapulco le había mandado mensajes diciéndole que estaba muy chula.

“También me saqué de onda y le dije que me enseñara las fotos y vi que era mi chavo. Yo le reclamé y me dijo que no era él, que era uno de sus amigos, que estaría bien chévere que mis amigas se fueran conmigo y se hicieran novias de sus amigos.

“Como yo le había pasado el teléfono a mis amigas se me hizo normal.

Ella no cayó

“Mi amiga les dijo a sus papás y su papá estuvo mensajeándose con él, mi amiga me dijo que su papá había dicho que esas gentes nos querían secuestrar. La hizo que bloqueara todo y quitara su face.

“Mi amiga estaba muy enojada conmigo, porque les había pasado sus datos porque a ella no le gustaba platicar con desconocidos. Mi novio estaba muy enojado conmigo, por lo que el papá de mi amiga le dijo a su amigo.

“Me insistía cada vez más que ya me fuera para Acapulco, pero sí me daba miedo y tristeza dejar así nada más a mi familia.

“Me empezó a dar mucho miedo, porque ya me amenazaba con hacerle daño a la gente que yo quería y le dije a mi familia.

“Pusimos una denuncia, nos dijeron qué hacer. Tuve que bloquear todo de mis redes y me tenían que cambiar hasta el teléfono.

“Nos dijeron que así operan muchas bandas de tratantes de personas, que enamoran a las muchachas y luego sus familias ya no vuelven a saber nada de ellas, porque las encierran en casas para prostituirlas.

“Puede ser cualquier hombre. Aún tengo mucho miedo, también puse en riesgo a mis amigas. Nunca me imaginé que todo eso podría pasarme.”

La trata de personas es el comercio de seres humanos con fines de explotación que puede derivar en:

  • Explotación sexual
  • Trabajos o servicios forzados
  • Adopciones ilegales
  • Explotación de la mendicidad ajena
  • Servidumbre
  • Extracción de órganos
  • Matrimonios forzados

Los tratantes utilizan diversas formas para enganchar a sus víctimas, tales como:

  • Enamoramiento
  • Ofrecimiento de atractivas oportunidades de trabajo
  • Alejar a las víctimas de su entorno de protección (familia, ciudad, etc.)
  • Diferentes tipos de engaño
  • Abuso de poder

Los delincuentes emplean distintos medios para controlar a sus víctimas:

  • Violencia física y sexual
  • Amenazas y chantaje
  • Retención de documentos
  • Fomento de adicciones
  • Privación de la libertad.

¡Cuídate! No confíes y no compartas tus datos personales, ni fotografías íntimas.

*Perito en Psicología Forense




Más noticias


Contenido Patrocinado