Mi delito… enamorarme de una niña

Historias de Lobos.
Historias de Lobos.

Una niña perdió a su padre cuando murió víctima de intoxicación etílica. Sin su padre que era el sustento del hogar y sin la figura paterna, la niña encontró refugio en un hombre mucho mayor. Su madre observó que la relación entre su hija y ese hombre podría ser la salvación de la familia, la … Leer más

Una niña perdió a su padre cuando murió víctima de intoxicación etílica. Sin su padre que era el sustento del hogar y sin la figura paterna, la niña encontró refugio en un hombre mucho mayor. Su madre observó que la relación entre su hija y ese hombre podría ser la salvación de la familia, la niña sufría abuso por parte de su familia ya que cargaban sobre ella la responsabilidad de las labores del hogar. Por su parte, el hombre, proveniente de una cultura indígena, no vislumbró el gran problema penal que caería sobre su vida, ya que en sus costumbres está permitido que los hombres mayores se casen con adolescentes.

Aquí su historia

Él iba a jugar fútbol y ahí lo conocí, pasaba por la casa y nunca me golpeó ni nada, él no toma ni fuma, me iba con él a platicar. De ahí nos fuimos gustando. La primera vez que yo me metí con él, como me gustó, pues me metí muchas veces con él.

Primero nos besábamos y así ya nos metíamos. Me iba a la casa de él. Yo le dije que si salía embarazada me iba a ayudar y él me dijo que sí que se iba a casar conmigo y yo le dije que estaba bien. Él me decía que me quería mucho y que se quería casar conmigo. Me daba dinero porque yo le pedía, a veces me daba veinte o cincuenta pesos.

Me dijo que tenía 50 años, yo le dije que yo tenía 15.

Para cuando ya estaba embarazada, yo no le dije a mi mamá, sino que mi cuñada, ella también quería quedar embarazada y yo le preguntaba que si ya le había bajado su regla y al otro mes también le preguntaba, porque a ella y a mí nos tocaba casi juntas y a mi mamá también y se dio cuenta porque me oyó decirle. Sí se enojó mucho y no sabía qué hacer y yo ya no quería ir a la escuela porque me daba mucho sueño y los de la escuela le dijeron a mi mamá cómo hacerle para que el señor se hiciera cargo de mí.

Yo no supe, nomás mi mamá me dijo qué decir y yo así le hice. Yo si estoy muy triste porque el papá del niño está en la cárcel y me pongo contenta cuando al niño no le hace falta nada, si tengo 7 pesos me voy con mi mamá al trabajo y así saco a pasear al niño, yo sí quiero ir a verlo a la cárcel, pero me dijeron que hay un papel para que yo no pueda entrar, ni él niño. Yo lo quiero mucho y la licenciada me trae cosas para el niño, pero ella le dijo a mi mamá lo que tiene qué hacer, a veces viene y le dice que diga que lo saquemos y que digamos que no queremos que este en la cárcel y otras viene y nos dice que digamos que sí queremos que este en la cárcel. Yo al papá de mi hijo sí lo quiero mucho y yo quiero estar con él para tener una familia.

La versión de la madre

La madre de la menor mencionó sobre lo sucedido, que ella sí se había dado cuenta de que su hija frecuentaba al hombre que denunció, también aseguró que ella estaba de acuerdo con que su hija viera a ese hombre, menciona que ella notaba que su hija de repente gastaba mucho dinero en “sabritas” y refrescos, pero que no sabía de dónde obtenía el dinero, pero tampoco le preguntaba.

Refiere que a raíz de la muerte de su esposo, ella tiene que trabajar todo el día como lavaplatos en un restaurante de mariscos para sacar adelante a su familia y más al bebé, producto de las relación de su hija con el señor. Menciona sobre esto, que ella les comentó en la Escuela de Educación Especial, que a su hija se la había embarazado un señor, refiere que en la escuela la aconsejaron e hicieron todo para denunciar al supuesto agresor, menciona que ella no dijo nada de lo que obra en sus declaraciones, que ahí le acomodaron, que ella lo único que pretendía es que el presunto agresor se hiciera cargo de la manutención de su hija y del bebé que esperaba en ese momento, refiere además que la licenciada “Petrita”, persona a la cual parece tenerle mucha confianza, le aconsejó que la casará con “Don Pablo”, por lo que ella aceptó y la licenciada se hizo cargo de todo; refiere que durante un tiempo su hija estuvo viviendo con su esposo y que todo iba muy bien, solo que un tiempo “mi yerno, se tuvo que ir a trabajar fuera, pero yo creí que no mandaba dinero, porque lo mandaba con una señora güera y ella nunca nos dio el dinero, yo me desesperé y la licenciada otra vez me dijo que yo fuera a moverle otra vez a esto para que le dieron un susto y nos diera dinero; y yo fui y en cuanto regresó de trabajar lo agarraron, nosotras no queremos que este en la cárcel, yo he querido ir a hablar con él para arreglar y ya para que lo suelten, para que esta niña ya viva con su marido y los mantenga, dicen que ya no se puede, pero yo le juro que nada de lo que yo dije es la verdad, eso lo escribieron ahí, yo solo quería que él se hiciera cargo de mi hija y de su hijo que ya iba a nacer, desde antes de que la embarazara yo sabía que ella se iba con él y yo sabía que le daba dinero y eso si me parecía bien, lo que ya no me gustó es cuando esta niña salió embarazada y se me fuera a quedar ahí en la casa con todo y niño.”

Aquí la versión del señor

“Yo iba a jugar futbol y mi pasada era por la casa de mi mujer, yo la miraba ahí parada en la puerta y ella me seguía a la cancha, la primera vez estuvimos platicando, ella me dijo que tenía 16 o 17 años, yo le decía que no echara mentiras y ella me decía que sí. Así la seguí viendo, ella se iba a la cancha en su bicicleta y nos poníamos a platicar, eso fue como en enero del 2007, ella me contó que su papá se había muerto porque tomaba mucho.

Le fui agarrando cariño, me decía ella que cuándo volvía, yo le decía que cuando volviera de trabajar yo pasaba a su casa a buscarla. Sí la llegue a querer, nació algo que yo nunca había sentido de amor y cariño las extrañaba y pensaba en regresar, yo soy indígena mazahua, allá se usa que uno se case con muchachas chicas, desde los 12 o 13 años o desde antes. A veces hasta los 10 años, por eso yo no veía mal andar con ella.

Ella sí me pedía dinero y yo la miraba que estaba necesitada y le daba para que se comprara sus cosas o para comer, platicábamos de su familia y de la mía. Ella me preguntó una vez que qué pasaría si ella salía embarazada, y yo le dije que me hacía cargo de ella y del hijo, que nos casábamos, porque yo estoy soltero, tuve una mujer pero ella se fue y me dejó a los hijos. Yo ya había pensado formar una vida con ella, yo no la veía que estuviera mal de la mente, porque uno sabe que se necesita tener mujer sana para que los hijos nazcan bien.

Yo trabajo fuera porque tengo brincolines y futbolitos, para ese tiempo me fui. Yo no sabía que estaba embarazada, mi trabajo es así de ir y venir. Cuando vine de regreso, habló mi suegra conmigo y me dijo que ella estaba embarazada, nos fuimos a casar a mediados de noviembre y estuvimos viviendo juntos, yo me fui de nuevo a trabajar, y cuando ya regresé me detuvieron, yo quiero ver a mi esposa y al niño, pero la licenciada que es mi abogada, me dijo que no les permitiera pasar y me hizo un oficio para que no las dejaran entrar. Antes de eso mi suegra habló conmigo, me dijo que ella había ido a la escuela y que de ahí habían hecho todo esto, que había muchas palabras que no había dicho ella y que los de la escuela estuvieron haciendo muchos papeles. A mi morrillo le hace falta todo, pañales y todo y yo aquí encerrado no sé qué hacer”.

Costumbres mazahuas

Según Cristina Oehmichen-Bazán, para los mazahuas no existe una categoría específica para distinguir a los jóvenes, sean hombres o mujeres. Al indagar sobre las fiestas de 15 años que se celebran en México cuando una mujer cumple esa edad, los mazahuas decían que esa no era su costumbre, pues no le veían ningún atractivo ni la veían como algo necesario, ya que consideraban que la quinceañera pronto se iba a casar. Hasta hoy, la nupcialidad entre los mazahuas se presenta a edades muy tempranas. Hasta hace poco, la distinción entre los miembros del grupo de edad considerado “joven” por las instituciones del Estado, no se daba entre los mazahuas. Para ellos, la principal distinción era entre estar casado o ser soltero”.




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