Mi delito… ayudar a mi hermana

Historias de Lobos.
Historias de Lobos.

Mientras una mujer de 20 años esperaba un taxi para regresar a su domicilio, fue sorprendida por un sujeto que la llevó con amenazas y amagada con una navaja al jardín de una guardería cercana. Ahí la sometió para abusar sexualmente de ella. Los hechos Era un desafortunado sábado en la madrugada. La joven se … Leer más

Mientras una mujer de 20 años esperaba un taxi para regresar a su domicilio, fue sorprendida por un sujeto que la llevó con amenazas y amagada con una navaja al jardín de una guardería cercana. Ahí la sometió para abusar sexualmente de ella.

Los hechos

Era un desafortunado sábado en la madrugada. La joven se disponía a regresar a su casa, después de estar disfrutando de una velada con su hermana y algunas amistades.

La fémina acompañó a su hermana hasta su domicilio; después se dispuso a buscar un taxi en una avenida. Parada en una esquina, sintió que alguien se paró detrás de ella.

 

Su terrible vivencia

Ese día fuimos a una disco mi hermana, unas amigas y yo. Nos regresamos como a las 2 de la madrugada, nos fuimos caminando a la casa de mi hermana porque quedaba cerca.

Dejé a mi hermana en la casa y yo me fui a la avenida para esperar un taxi. Siempre que salimos mi hermana y yo nos hablamos para saber que estamos bien y mi hermana quedó de marcarme.

Llegue a la avenida; en esa banqueta la entrada de las casas está como a desnivel y tiene escalones. Yo estaba parada como en un escalón cuando sentí que alguien iba a pasar por detrás de mí.

 

Me moví a un lado para dejarlo pasar, pero con el escalón me tropecé y perdí el equilibrio. Luego sentí cómo el sujeto me agarró de la cintura y me apretó; me llevó a jalones a la vuelta de esa calle.

Ahí me tumbó entre unos arbustos de una guardería. Yo tenía mucho miedo. Él me amenazaba con una navaja que traía en su mano.

La ponía en mi garganta y me la encajaba en el estómago. Me insultaba, me decía muchas groserías, de perra no me bajaba y me decía otras cosas peores.

Yo traía el celular en la bolsa de la chamarra y como ya había pasado un rato desde que dejé a mi hermana en su casa, tenía mucho pendiente de que me fuera a marcar para saber si ya había llegado a mi casa y el tipo se diera cuenta del celular y me lo quitara.

Yo me acordaba que le había marcado a mi hermana. El tipo me trataba de quitar la ropa y yo trataba de marcarle a mi hermana.

Como pude le marqué y con el celular en la bolsa de la chamarra, yo le decía al tipo que me dejara que por favor no me violara, pero ese hombre era muy fuerte y estaba muy grande yo no podía con él.

Le decía, déjame que estamos en una guardería y él me decía que eso qué y me decía cállate perra abre las piernas o te mato. Yo le decía eso para que mi hermana oyera y supiera en dónde estaba.

Yo no me podía defender porque estaba muy pesado. Me estaba violando cuando llegó mi hermana corriendo, ella nada más debía bajar una calle para llegar a donde estaba yo”.

 

La voz de la hermana

Esperaba la llamada de mi hermana para saber que ya había llegado a su casa, ya tenía pendiente porque ya se había tardado en llamarme.

En eso escucho el celular y veo que era de mi hermana, cuando contesto escucho la voz de un tipo que le decía muchas cosas asquerosas a mi hermana, le decía vulgaridades.

Yo escuché a mi hermana que dijo que estaba en la guardería y me fui corriendo para allá.

Cuando llegué vi nada más la chamarra blanca de mi hermana porque el bastardo ese, estaba todo arriba de mi hermana. Yo no sé cómo le hice pero se lo quite de encima, lo jalé de la camisa, de por la espalda y se lo quité.

En eso se levanta el desgraciado y se va contra mí, yo le gritaba a mi hermana levántate, vístete. Y el tipo me tira en la cara con el puño cerrado, me pegó junto a la boca.

Mi hermana, que ya se había levantado del pasto, me lo trata de quitar, y la aventó contra la banqueta. En eso le veo la navaja que traía en la mano y me tira, pero no me da.

En eso pasan unos muchachos en un carro y se bajan y nos ayudan porque ese bastardo se quería ir.

Cuando estábamos ahí peleando con ese tipo, me volvió a tirar un navajazo, me dio en mi cara, me cortó desde un lado de la frente hasta la mejilla contraria. Me atravesó la cara.

Me destruyó la vida y aunque los policías lo hubieran agarrado, yo siempre estaré marcada; él estará en la cárcel, pero yo voy a estar siempre encerrada, porque estoy marcada, mi vida nunca será la misma.

Cómo voy a ir a trabajar ni voy a poder conseguir novio. Lo odio y yo quiero que me pague, pero no lo pueden obligar a que me pague una cirugía plástica. Y yo cómo me la voy a pagar, nosotras somos pobres, con mi sueldo de la fábrica a veces ni para comer sale”.

 

El daño emocional

No sé porque me pasó esto a mí, yo sólo estaba esperando un taxi para irme a mi casa ni siquiera iba vestida mal, o escotada, no sé porque ese maldito nos hizo eso.

Yo me siento muy culpable por lo que le hizo a mi hermana, mejor me hubiera matado a mí.

Yo sé que mi hermana me tiene coraje porque a mí no se me nota lo que me pasó, pero a ella le desgració su cara.

Yo estoy sufriendo mucho, primero por lo que le pasó a mi hermana, que tal si la hubiera matado, si yo no le hubiera hablado ella estaría bien.

Todo fue por mi culpa, nada volverá a ser igual con nosotras. También tengo miedo de quedar embarazada, de que me pegue alguna enfermedad y si lo dejan salir; él nos amenazó con matarnos.

En toda violación hay un momento en que la vida de la víctima corre peligro de muerte, pues el violador, en la mayor parte de los casos, cuando actúa lo hace como un perverso sexual que puede ver peligrosamente potenciada su agresividad por la resistencia de la mujer.

En él prevalece más el poder que el sexo y cualquier resistencia que tenga que vencer le estimula en su patología cada vez más y más, en la búsqueda insaciable de un placer que no llega.

 

[email protected]




Más noticias


Contenido Patrocinado