La familia Ramírez Baltazar, hace calaveritas

ZACATECAS.- La elaboración de calaveras hechas a partir de melcocha, chocolate, dulce de azúcar, tamarindo y coco, representan para la familiar Ramírez Baltazar una tradición centenaria, que sigue perdurando hasta la actualidad, deleitando los paladares y poniendo color a donde quiera que se instalan para venderlas. Naylé Elena Ramírez Baltazar, es parte de la cuarta … Leer más

ZACATECAS.- La elaboración de calaveras hechas a partir de melcocha, chocolate, dulce de azúcar, tamarindo y coco, representan para la familiar Ramírez Baltazar una tradición centenaria, que sigue perdurando hasta la actualidad, deleitando los paladares y poniendo color a donde quiera que se instalan para venderlas.

Naylé Elena Ramírez Baltazar, es parte de la cuarta generación en su familia, dedicada a elaborar los dulces típicos locales, que son parte de la identidad del zacatecano y dijo que fabrican toda clase de estas delicias: desde cocadas, hasta las calaveras, pasando por los muéganos, entre muchas otras variedades.

La tradición la heredó de sus abuelos don Esteban Baltazar y doña María del Carmen Campeche Inchauregui, quienes durante décadas se dedicaron a la elaboración de estos productos que anteriormente hacían sin la ayuda de moldes.

Ellos les enseñaron las recetas a sus hijos, y de esta manera han ido bajando en el árbol genealógico las diferentes formas de elaboración de los tradicionales dulces típicos zacatecanos y su principal objetivo es que la tradición no desaparezca.

Naylé explicó que la fabricación de los dulces es totalmente artesanal, y sus manos dan cuenta de ello, pues durante horas están preparando los ingredientes para verterlos en los moldes, que les dan forma a sus diferentes productos.

Para ellos, el Día de Muertos es especial, y con un mes de antelación comienzan los preparativos para vender las calaveritas en diferentes tamaños y sabores a fin de que, todo esté listo para cuando llegue la hora de instalarse en el tianguis de Tres Cruces, donde llevan 30 años vendiéndolas.

Pero no sólo hacen calaveras para esta fecha tan representativa, sino que también elaboran calabazas y fantasmas, que llaman la atención de los visitantes que acuden a los panteones de Herrera y Purísima para visitar a sus fieles difuntos.

Una de las cosas que más satisfacción les da a la hora de vender sus dulces, es la calidad que le ponen a su trabajo, que se ve reflejada en la preferencia que les dan sus clientes y eso los hace seguir adelante para seguir conservando esta tradición zacatecana.

Naylé y su familia actualmente elaboran nueve tamaños diferentes de calaveras dulces que van desde los seis pesos hasta los 250, que son de tamaño real y las pueden encontrar frente al acceso principal del panteón de Herrera.

Imagen Zacatecas – Carlos Montoya




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