Jesús Biachi prepara un delicioso caldo de rata

FRESNILLO.- Desde hace más de tres décadas, Jesús Biachi y su familia se han dedicado a la cacería de ratas de campo, liebres, zorrillos y víboras; y esto lo han hecho tanto para alimentarse, como para obtener ingresos económicos. Todo inició en una comunidad de nombre Laguna Seca, recordó Jesús, quien además dijo que inició … Leer más

FRESNILLO.- Desde hace más de tres décadas, Jesús Biachi y su familia se han dedicado a la cacería de ratas de campo, liebres, zorrillos y víboras; y esto lo han hecho tanto para alimentarse, como para obtener ingresos económicos.

Todo inició en una comunidad de nombre Laguna Seca, recordó Jesús, quien además dijo que inició cazando animales del monte acompañando los pasos de su abuelo paterno, Roberto Biachi.

Su abuelo a su vez, creció comiendo caldo de rata sin saber de qué era, platicó su nieto, y fue hasta adulto, cuando se casó, que le dijeron que era de rata.

Esto, en lugar de incomodar a su abuelo, lo motivó a seguir alimentando a su familia con este delicioso y muy nutritivo platillo.

Así comenzó una tradición, que con el paso de los años fue creciendo, y actualmente preparan el caldo con la receta de la familia y lo venden calientito cada domingo, en el mercado de abastos.

Pero la hazaña no termina ahí, sino que el proceso que aprendió Jesús de sus antepasados fue una técnica de cacería que  ha heredado a sus hijas Mabely y Deisy.

Jesús platicó que la cacería de estos animales se realiza al menos cada tercer día, dependiendo de los pedidos o la temporada del año.

Jesús se levanta entre las 5 y 6 de la mañana y sale al campo; luego, con resortera en mano, busca entre madrigueras, que ya ubica por experiencia, y hace que salgan los roedores, conejos o liebres, y con una puntería infalible les atina a sus presas.

Luego de la cacería, las lleva a su hogar, donde lava y destripa los animales, para llevarlos a vender a Fresnillo, o en el caso de los fines de semana, prepara y cocina algunas para llevar el caldo cocinado.

Debido a los nutrientes que este platillo otorga, y sobre todo el sazón de la receta de Jesús, su caldo se ha hecho una tradición en Fresnillo, y domingo a domingo, regresa a su casa con la olla vacía, y ya con pedidos por adelantado.

Imagen Zacatecas – David Castañeda