Pobres tecnológicos

Parece que hay un claro propósito para perjudicar a las instituciones tecnológicas de Zacatecas, con nombramientos de “impresentables” que no tienen nada qué hacer por la educación, y que están ahí en espera de que se les presente otra oportunidad electoral.

Los casos son lamentables:

En el Instituto Tecnológico de Nochistlán nombraron a un autista para dirigirlo, Julio César Flemate, quien fuera diputado federal por el segundo distrito, y quien ni ahí ni donde ha estado ha servido para nada. Parece que alguien le debe algún favor político, aunque suena extraño porque cuando fue diputado federal no hizo absolutamente nada. Fue un bulto y ya.

¿Porqué afectan así a una institución con alguien que es inútil profesional como Flemate?.

Misterios de un gobierno diferente que a veces no hace diferencia.

Y en el Instituto Superior de Juchipila nombraron a Hilda Ramos, quien ha hecho toda su carrera política en Nochistlán y de quien la expresión más generosa con que la definieron fue que “es nefasta”.

¿Por qué los jóvenes de Juchipila tienen que verse afectados porque alguien quiere que Hilda Ramos tenga trabajo? Pues que trabaje, pero sin afectar a una institución como el Tecnológico de Juchipila.

También le tocó a Jerez. Ahí se nombró a Ubaldo Ávila, mucho más cercano a la política y a la grilla que a la educación.

El caso se Sombrerete también es ilustrativo. Tiene más de un año sin director y dicen que nombrarán ahí a un expanista que ya chapulineó y lo van a premiar.

Hay reforma educativa, hay un nuevo modelo educativo. Zacatecas necesita que sus escuelas tecnológicas preparen jóvenes para incorporarse al mercado del trabajo. Y en esa tarea han puesto a políticos metidos a educadores.

Es una forma de sacrificar a los jóvenes zacatecanos. A condenarlos al desempleo solo para los políticos tengan trabajo.

Mal. Muy mal.

Hasta el jueves.

Imagen Zacatecas – Luis Enrique Mercado