Para tener buen desempeño

A los jóvenes de Estación Camacho, generación de los 80. Los entrenamientos se realizaban diariamente en el patio de la escuela, en una de las calles laterales al edificio y en la cancha de básquet de la comunidad. Por las tardes asistía casi la totalidad de los estudiantes, sumándose otros jóvenes y personas del pueblo, … Leer más

A los jóvenes de Estación Camacho, generación de los 80.

Los entrenamientos se realizaban diariamente en el patio de la escuela, en una de las calles laterales al edificio y en la cancha de básquet de la comunidad. Por las tardes asistía casi la totalidad de los estudiantes, sumándose otros jóvenes y personas del pueblo, a participar en los juegos o atestiguar los entrenamientos.

Carecían de uniformes, faltaba calzado adecuado, el equipo deportivo era escaso, la situación alimenticia de los estudiantes era similar a toda la región, de procedencia humilde y sencilla. Sus padres se ocupaban en labores de un campo árido y seco, ganadería de muy baja escala, comercio incipiente
aprovechando el paso de un ferrocarril pasajero.

Causaba admiración el grado de entrega y pasión con la que asistían a las prácticas y atendían las instrucciones de sus maestros.

El profe Mario, de Educación Física, comandaba a los docentes. Tenía mayores responsabilidades laborales en una escuela primaria y contribuía con unas cuantas horas en este plantel. Era muy buen deportista. Sus cualidades y el perfil personal y profesional de los colegas permitió consolidar una buena planta docente. Los estudiantes de inmediato siguieron el buen ejemplo de sus profesores, viéndoles involucrarse de tiempo completo, con lo que consiguieron ser excelentes deportistas.

Se fue perfilando la integración de los equipos de futbol, basquetbol, volibol y diversas pruebas de atletismo. Los varones de volibol fueron destacando en su empeño y calidad.

Su capacidad fue notoria desde el momento mismo en que se pusieron a jugar contra el equipo de profesores o los equipos de la comunidad, obtenían el triunfo la mayoría de las veces.

Como se trataba de una escuela de concentración, su procedencia era diversa, había quien vivía a más de 30 kilómetros de distancia.

El director sabía que ese equipo tenía méritos para ganar en la zona escolar y que podía hacer un desempeño sobresaliente en la etapa estatal, pero decidió ocultar sus impresiones, exigiendo a sus muchachos una mayor entrega en los entrenamientos.

Lograron la hazaña de obtener el campeonato estatal. En los años posteriores lograron conseguirlo hasta por tres años consecutivos, generando con ellos la motivación de sus demás compañeros de los otros equipos y las competencias en atletismo.

El buen desempeño fue producto de un ambiente de trabajo retador, decidido e intenso; pronto aparecieron otros buenos resultados en los rubros culturales y académicos.

¿Cómo se convirtieron en buenos deportistas? Aparte de la continuidad de los entrenamientos, las motivaciones escolares y la tradición competitiva, tenían el común denominador de otros buenos deportistas de alto rendimiento: Desde muy pequeños estuvieron jugando en sus respectivas comunidades de origen y lo hacían, generalmente, con deportistas mayores que ellos, esto les colocó automáticamente en un grado máximo de exigencia, así que cuando se integraron a un equipo con personas de su misma edad, se armonizaron mejor.

Por lo tanto, si se desea éxito solo hay que empezar temprano y practicar en categorías superiores.

Imagen Zacatecas – Huberto Meléndez Martínez