País inerme Ricardo Gómez Moreno

Cada año los fenómenos meteorológicos que dejan una estela de muertes y graves daños en viviendas e infraestructura carretera en campo y ciudades, parecen golpear con más violencia. Según el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), 41% del territorio nacional, donde habitan 31.3 millones de personas, está siempre expuesto a aguaceros torrenciales, tormentas, huracanes, … Leer más

Cada año los fenómenos meteorológicos que dejan una estela de muertes y graves daños en viviendas e infraestructura carretera en campo y ciudades, parecen golpear con más violencia.

Según el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), 41% del territorio nacional, donde habitan 31.3 millones de personas, está siempre expuesto a aguaceros torrenciales, tormentas, huracanes, ciclones e inundaciones.

A pesar de saberse con claridad cuáles son los puntos de riesgo, poco o nada efectivo se hace para prevenir los desastres que año con año suceden.

Ahora Guerrero, Oaxaca, Chihuahua y Veracruz son los estados donde la fuerza de la naturaleza ha azotado con mayor fuerza.

Al mediodía de este martes ya se contabilizaba un millón 300 mil damnificados en todo el país y se había informado la muerte de 34 personas, solo en Guerrero y Veracruz.

Por la continuación de los aguaceros, resultado de las perturbaciones marítimas Ingrid, en el Golfo de México y Manuel, en el Océano Pacífico, es probable que las cifras de daños crezcan.

El presidente Enrique Peña Nieto se desplazó a Guerrero a fin de conocer la magnitud de los perjuicios y desde allí disponer lo necesario, tanto para esa entidad como para otras que son severamente castigadas: Durango, Nuevo León, Colima, Puebla, Hidalgo, Jalisco y Tamaulipas.

Además de los auxilios económicos derivados del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) que se canalizarán hacia aquellos estados, son previsibles algunas partidas especiales, debido a la cuantía de los daños.

El gobierno federal ya dispuso que del Fonden salgan 238 millones de pesos hacia Guerrero, cantidad evidentemente insuficiente para atender a la población severamente castigada por inundaciones.

Como siempre, la generosidad de los mexicanos se expresará en donativos a los hermanos en desgracia, pero esa ayuda, con todo y ser importante, será insuficiente para aminorar los efectos a mediano y largo plazo.

Lo que hace falta es un Estado fuerte, sólido y eficiente, capaz de enfrentar dignamente cualquier situación ocasionada por contingencias naturales.

Sin un verdadero y efectivo plan de prevención nada podrá mitigar los destrozos que pueda causar una común tormenta tropical.

También ayudaría una buena planeación urbana que evitara asentamientos humanos en zonas de alto riesgo. Obras hidráulicas, carreteras, puentes y en general infraestructura a prueba de ciclones, donde ya se sabe que llegarán, reduciría daños.

Confiemos en que el gobierno federal y los estatales ahora sí se decidan a hacer lo urgente para que el país no siga empobreciéndose más por los constantes embates meteorológicos.

Imagen Zacatecas – Ricardo Gómez Moreno