Filosofía de vida

Varias veces decimos que tenemos una filosofía de vida de acuerdo a la creencia que se tenga, al estilo o la moda que se practique y se imponga. Todas las religiones tienen una base de doctrina que se basa en principios éticos, morales, religiosos, derechos civiles, humanos que llevan a practicar una filosofía con un estilo muy particular.

El islamismo, budismo, judaísmo y cristianismo, todas ellas tienen su base de creencias y ofertan un estilo de vida en la práctica de la sociedad, de allí que cuando vemos personas vestidas al estilo de su religión notamos su estilo de vivir, percibimos al que es mormón por su camisa y corbata, a las mujeres evangélicas por su vestidos largos, a monjes de diversas religiones por sus hábitos, y con solideo al que es judío. 

Hay personas que no se les percibe por sus ropas, pero si por sus actos que al final de cuenta, es lo que interrelaciona con los demás.

En este contexto me ha llamado la atención una serie de televisión que se las recomiendo llamada “Merlí” que trata sobre un profesor de filosofía que estimula a sus alumnos haciéndolos pensar libremente con métodos sencillos y prácticos. Esta serie presenta de forma clara al público los fundamentos esenciales de los pensadores antiguos, desde Sócrates, San Agustín y Freud.

Una filosofía es creer en la misma vida porque es la única que tenemos y es tan valiosa que por eso la debemos de cuidar. Otra forma de hacer filosofía es tener afecto, amor, tanto romántico y filial, ya que en las emociones y sentimientos esta la base de la felicidad, creamos en el afecto humano.

Una auténtica filosofía de vida esta en practicar el respeto, libertad, amistad, justicia, ética, respetar el tiempo de los demás, tener el pensamiento claro para tener compasión.

Siempre es importante tener claridad al observar las situaciones, lo que hay a tu alrededor, para ordenar los pensamientos para un estilo de vida en creencias prácticas, reales pero sobretodo útiles a la sociedad. 

En el mundo materialista de hoy en día, existe el riesgo de que las personas se conviertan en esclavas de los bienes materiales, como si fueran simples engranajes de una enorme máquina de hacer dinero. Esto no hace nada por la dignidad humana, la libertad y el bienestar genuino. La riqueza con compasión debe servir a la humanidad, y no al revés

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Imagen Zacatecas – Gerardo Luna Tumoine