Impulsora de obras de caridad muere en Fresnillo

Elena Stephano Sierra, impulsora de variadas obras de caridad.
Elena Stephano Sierra, impulsora de variadas obras de caridad.

Una de las damas más distinguidas de este municipio falleció este jueves, la señora Elena Stephano Sierra.

Con el deceso de la señora Elena Stephano Sierra, una de las damas más distinguidas de la sociedad fresnillense, se apagó una luz en la tierra.

Elenita, como era conocida, promovió siempre el cariño al prójimo y todos los que la conocieron agradecen las enseñanzas que dejó en su vida y demostraron el afecto que sentían por ella con un abrazo y cientos de muestras de afecto a sus descendientes.

Pese al dolor por su pérdida, familiares y amigos le recuerdan con una gran sonrisa, pues con su empeño y sus travesuras les enseñó que no había imposibles en la vida.

Elenita, una de las damas más finas y distinguidas de Fresnillo.

La frase “sí puede” quedó marcada en el corazón de cada uno de sus hijos, pues con el ejemplo les demostró que conseguirían cumplir las metas que se propusieran.

Elenita, como será recordada por muchos, fue una de las grandes impulsoras de las obras de caridad en El Mineral, pues con su pasión al plantearse un proyecto contagió a decenas de familias para apoyarse en consumarlos.

Su nacimiento

Nació en Fresnillo, el 29 de enero de 1922, era hija de don Alberto Stephano Cotonett y de doña Isaura Sierra de Stephano. Él era muy creativo y ella muy estricta, por lo que ambas cualidades se reflejaron en Elenita.

Estudió hasta la preparatoria y al terminarla, comenzó su preparación como enfermera, cuando la familia vivía en Aguascalientes, pero al fallecer su padre, su carrera se vio truncada y regresaron a Fresnillo.

Años más tarde, formó una familia junto a don Antonio Quintanar Román, con quien procreó 19 hijos, mas no todos vivieron. A la fecha le adoran sus 25 nietos y 13 bisnietos.

Entre su descendencia se encuentran connotados médicos, científicos, ingenieros y gran variedad de profesionistas para quienes representaba una fuerte raíz. A todos los formó bajo la premisa del respeto y el amor al prójimo, pues en su casa se trataba igual a una persona humilde y a un rey.

Sus 25 nietos y 13 biesnietos le profesaron un profundo amor.

Mujer caritativa e intrépida

Uno de los proyectos más significativos que promovió aún hasta hace unos días fue su apoyo para la rehabilitación de personas privadas de su libertad, a quienes ayudó con alimentos, artículos de aseo personal y cursos de capacitación, semana a semana.

Sin embargo, el de mayor recompensa en su vida fue el desarrollo de alrededor de 100 niños de las comunidades más lejanas de Fresnillo, pues en una travesía que inició en los años 80, recogió a los pequeños con respaldo de sus padres y los llevó a Chalco, en la Ciudad de México.

Ahí fueron alojados en un convento y recibieron educación, con el compromiso de que surgieran profesionistas. Motivados por las dulces palabras de Elenita, lograron su objetivo.

Elenita aprendió de su madre a preparar exquisitas recetas de cajeta y mermeladas, también se apasionó por la decoración y la jardinería. Las zinnias o rosas místicas sembradas año con año por ella, eran su mayor orgullo.

Además era muy valiente e intrépida, excelente nadadora y hace unos meses todavía se zambulló en su alberca.
Le gustaba mucho viajar, principalmente a España, donde tenía muchos amigos

Apasionada de la música

Elenita apareció en el vídeo “La máquina del tiempo” de Carlos Quintanar que es su nieto. Esa era su canción favorita.

Hasta siempre

Este jueves, mientras descansaba en su cama, El Creador la llamó a su encuentro.

Su cuerpo está siendo velado en la funeraria Hernández de la calle Emiliano Zapata en el centro de la ciudad.

Este viernes se realizará una ceremonia religiosa oficiada por varios sacerdotes a las 12 del mediodía, en el Templo de Nuestra Señora de la Purificación.