Fuensanta Martínez Rucobo; mujer, científica internacional, orgullosamente fresnillense

Siguió su camino con la investigación básica aplicada. / Fotos: Cortesía.
Siguió su camino con la investigación básica aplicada. / Fotos: Cortesía.

Su inquietud intelectual desde niña y el apoyo de su familia la acercaron a la ciencia rápidamente.

FRESNILLO.- Fuensanta Martínez Rucobo es una Científica Fresnillense que descubrió la estructura de las proteínas que regulan la actividad de la ARN Polimerasa con aplicación a enfermedades del cáncer.

“Lo que descubrí fue la estructura de los factores de transcripción que hacen que la ARN polimerasa funcione”, relató la investigadora a Imagen.

Explicó que anteriormente, su jefe había descubierto la estructura de la ARN Polimerasa y por ello el jefe de él obtuvo el Premio Nobel; lo que lo llevó a iniciar y establecer un centro de investigación, el “Gene Center” que es a donde llega Fuensanta y el le da el proyecto.

Descubro la estructura de las proteínas que regulan la actividad de la ARN polimerasa; no solo descubrimos la polimerasa, si no una parte esencial del proceso de la vida. Fue un momento muy especial: Mi jefe y yo estábamos sentados discutiendo el tema cuando llegamos a conclusiones clave después de años de investigación lo cual fue muy satisfactorio”, recalcó.

Aplicación de su investigación 

Los descubrimientos de Martínez Rucobo han sido publicados en revistas científicas de alto impacto internacional y tienen aplicación medica en diversas áreas.

“Pasé de dedicarme a la investigación básica aplicada, para ahora llevar soluciones a los hospitales para el mejor tratamiento de los pacientes con cáncer; yo no lo tenía planeado, pero así se dio”, dijo.

Su acercamiento a la ciencia

La curiosidad que desde pequeña la ha caracterizado y el saber por qué pasaban las cosas la acercó a la ciencia, por lo que comenzó realizando experimentos caseros, siempre contando con el apoyo de sus padres.

“Dejaba que mi imaginación volara y desde muy pequeña yo quería hacer algo relacionado con la ciencia”, recordó.

Incluso se refirió a que empezó a ir al kínder a los 2 años, porque desde entonces ya quería ir a la escuela.

“Tuve una niñez feliz, jugaba con las niñas y los niños, mis primos y mis vecinos, es decir, tuve una niñez libre”, dijo orgullosa y feliz.

En la secundaria, comenzó a participar en las Olimpiadas de Matemáticas.

Sin embargo, tras participar en las mismas, se dio cuenta de que quería hacer algo más aplicado y se inclinó por “La Física”.

Recalcó que siempre hubo alguien que la apoyó e impulsó: Sus maestros tanto hombres como mujeres quienes le abrieron las puertas.

En la preparatoria hubo dos maestros: El profesor Barajas de Prepa 3 de la BUAZ, y el profesor Medel de Cuba; este último fue una inspiración que me apoyó en mi camino a las Olimpiadas Nacionales de Física, pero en general fue por ellos dos que decidí estudiar Física”, agradeció.

Comentó que en ese momento iba por lo que la llenaba, iba viviendo su vida paso a paso, pues le encantaba la Física, las Matemáticas y la Biología y ese era su sueño realmente.

Cuando algo nos cuesta entonces realmente lo valoramos y cuando vemos pequeños frutos de nuestro trabajo, eso nos impulsa a dar aún más, así poco a poco llegamos lejos. Lo que se te da fácil no lo valoras de la misma manera. Si tenemos una meta y ponemos todo de nuestra parte para alcanzarla, siempre va a ver alguien a lo largo del camino que nos va a apoyar, esa ha sido mi experiencia” recalcó.

Reconoció que algo que caracteriza a muchos fresnillenses es que saben ver las oportunidades y las toman para ir más adelante.

Viviendo su sueño

Al cursar su educación preparatoria siguió participando en las Olimpiadas y cada fin de semana iba a la Unidad Académica de Física de la BUAZ, para el estudio y la preparación para las mismas.

Por lo que se decidió a estudiar la “Licenciatura en Física” y en su segundo año escolar, ganó el “Premio León M. Lederman”, por obtener el Primer Lugar Nacional en esta materia.

Este logro le dio la oportunidad de salir al extranjero y hacer una estancia de investigación en el Laboratorio Nacional de Los Alamos, ubicado en Nuevo México, Estados Unidos.

Fue la primera mexicana en capacitarse en el área de superconductividad.

Emocionada se fue al laboratorio “donde trabajó Einstein y donde se realizó el proyecto Manhattan; eso fue en mi segundo año de la carrera y a partir de allí ya no dejé de ir al Laboratorio, iba en veranos e inviernos durante las vacaciones de cada semestre. Debo decir, que aunque fue un tiempo de muchos desafíos y algo difícil, me encantaba al máximo; y mis profesores de Física de la Universidad me apoyaban para llevar a cabo mi Semestre escolar y a la par poder continuar mi proyecto de investigación en Los Alamos”, expuso.

A los 22 años le hicieron una oferta para realizar el Doctorado de manera directa en Alemania.

Su doctorado lo realizó en Biofísica y Bioquímica en el Instituto Max Planck de Biofísica en Frankfurt am Main, Alemania.

El grado académico lo terminó a los 26 años:

Fui la primera estudiante de un Max Planck en terminar a tan corta edad. El director del Laboratorio Max Planck de Biofísica me dio la oportunidad. Puedo decir que a lo largo de mi camino he encontrado gente maravillosa y especial que me ha apoyado”, manifestó.

El Posdoctorado lo hizo en “Genética de Proteínas en el Gene Center, en Munich, Alemania“, que fue donde Fuensanta realizó el descubrimiento de la Estructura de las Proteínas Reguladoras de la ARN Polimerasa.

Sin límites

Cuestionada sobre los límites y retos que le imponía salir de su país natal, sobre todo el idioma respondió que el idioma no fue una limitante.

“Ya me había ido a Los Alamos y hablaba Inglés; puedo decir que muchas veces los mexicanos nos conformamos con hablar Español, pero es realmente recomendable aprender Inglés, pues es una de las herramientas que nos abre las puertas a muchas oportunidades”, opinó.

Recordó que ella empezó a aprender el Inglés cuando tenía 15 años, por lo que a los 19 que estaba en el Laboratorio de Los Alamos le fue una herramienta fundamental para hacerse entender; pero al llegar a Alemania se dio cuenta de que quería llegar más lejos, por lo que aprendió también a hablar Alemán.

Yo pensé, si quiero salir adelante aquí, tengo que aprender el idioma; así que tomé un curso muy básico de ocho semanas y al hablarlo no me importaba si me equivocaba, yo le decía a mis colegas corríjanme si me equivoco pues haciendo las cosas y equivocándose se aprende”, destacó.

Aunque habla español, inglés, alemán y entiende el portugués y el italiano, humildemente no considera que tenga un talento especial para los idiomas, refiere:

“Aprender el primero es el que más se te dificulta, pero mientras más idiomas aprendes más se te facilita aprender otro”, aconsejó.

Recorre el mundo para ayudar a salvar vidas

Hoy trabaja como Directora Internacional de ventas para “Invivoscribe” (Empresa que se dedica a la venta de equipo de diagnóstico contra el cáncer). Es decir, es la responsable del equipo de ventas y mercadotecnia en todo el mundo.

Para Fuensanta Martínez no se trata solo de vender un producto, sino de la educación:

“Para mí no se trata solo de vender nuestros productos, yo tomo muy enserio mi papel como directora internacional, en el que tengo la responsabilidad de educar a los Médicos y Personal de los Laboratorios en la importancia del uso de ese tipo de productos para el mejor y oportuno diagnóstico de los pacientes. Así, pasé de hacer ciencia en el laboratorio a llevar los avances de la ciencia médica a todos los rincones del mundo”.

Su objetivo es llevar el conocimiento a todo el mundo, no solo al primer mundo, si no también a países en Asia y Sudamérica que es donde se más se necesita la educación.