Andrés Velasco y su sueño de ser bombero

FRESNILLO.- Lo que inició como un anhelo de niño, con el tiempo se volvió realidad para el bombero Andrés Velasco Palacios, quien por más de 20 años ha dedicado su vida a salvar personas. Con gusto, Andrés platicó que comenzó como niño voluntario en el Cuerpo de Bomberos, donde recordó en aquel entonces, cerca de … Leer más

FRESNILLO.- Lo que inició como un anhelo de niño, con el tiempo se volvió realidad para el bombero Andrés Velasco Palacios, quien por más de 20 años ha dedicado su vida a salvar personas.

Con gusto, Andrés platicó que comenzó como niño voluntario en el Cuerpo de Bomberos, donde recordó en aquel entonces, cerca de 1998, el departamento carecía de uniformes y herramientas.

Recordó que unas de las anécdotas que han marcado su labor como rescatista luego de ser contratado como oficial de paga en octubre de 2008,  fue un accidente en la salida al municipio de Valparaíso, a dos kilómetros de donde es ahora el Hospital General, cuando les reportaron un choque entre un carro y una camioneta.

En ese entonces, Velasco Palacios estaba en servicio y a cargo de la ambulancia 508, cuando les reportaron el accidente  acudió como paramédico y brindó los primeros auxilios a una niña de 7 años, a quien llevó al hospital grave de salud, pues presentaba fractura expuesta en una de sus pequeñas piernas.

Andrés estaba consternado durante el servicio por la salud de la niña, ya que llegó consciente al nosocomio, a pesar de las lesiones que presentaba.

Transcurrieron dos semanas y el ángel anónimo trabajaba como de costumbre en la base central del Cuerpo de Bomberos, cuando llegó una visita inesperada.

Con un nudo en la garganta y los ojos con lágrimas, Velasco se acordó que sus compañeros le informaron que una familia lo buscaba, al salir de las instalaciones fue abordado por la niña a quien le había salvado la vida, en ese momento el rescatista no la reconoció, hasta que le contaron lo del accidente.

Para él era sorpresivo como la menor recordaba su nombre, y que tras el accidente se recuperara satisfactoriamente; ese día regresó a su casa contento y con un ramo de flores que la niña le regaló.

Historias como esa lo motivan para continuar con su labor a pesar de los riesgos y a la falta equipo que en ocasiones prevalece.

Para Andrés es un sueño hecho realidad estar en la corporación de rescate.

El bombero afirmó que aunque le han ofrecido ofertas de diferentes trabajos, él prefiere continuar como apagafuegos, porque es un oficio que apasiona y aunque ha tenido la oportunidad de prestar sus servicios en otras entidades como en Monterrey, él se ha inclinado por mantenerse en Fresnillo.

La capacitación constante es necesaria para Andrés, pues ha participado en diferentes cursos y prácticas como Técnico en Extracción Vehicular, buceo, rescate en cuerdas mejor conocido como rappel, espacios confinados, Técnico en Urgencias Médicas, entre otros.

Otro de los acontecimientos que recuerda, es cuando una tragedia ocurrió en el municipio de Calera, cuando reportaron un incendio de casa habitación y este municipio no contaba con carro bomba, por lo que tuvieron que acudir los bomberos de El Mineral.

Fue a bordo de la unidad 500 que llegó a la tragedia y salvo a una menor que estaba atrapada en la vivienda, en aquel entonces la víctima tenía su misma edad, ambos eran jóvenes.

Este servicio originó que refrendara su intensidad por quedarse en la corporación de emergencia.

A pesar de las diferentes actividades que realiza como bombero y rescatista, no se siente un héroe, ya que tanto él como sus compañeros son seres humanos que sienten dolor y sangran y siempre  permanecen en el filo de la navaja; para él los héroes son de historietas donde no les pasa nada.

Tras las diferentes  actividades que realiza día a día, en varias ocasiones ha tenido la muerte de frente, según nos cuenta, una de ellas se registró en el municipio de Miguel Auza, en la que participó en la búsqueda de un cadáver en una presa.

Con equipo de buceo, se introdujo al agua y empezó a buscar junto con sus compañeros, desafortunadamente las maniobras las efectuaban de noche.

Uno de los aditamentos que utilizan bajo el agua, se atoró en un tronco al fondo de la presa, lo que generó que por varios minutos entrara en desesperación, ya que no pudo salir por más de 10 minutos aproximadamente, y pensó que moriría.

Por fortuna salió con vida y sin ninguna lesión, y a pesar de la experiencia, no pensó en abandonar el Cuerpo de Bomberos.

Actualmente Andrés vive con su familia: su esposa Mayra del Rosario y sus dos hijos, Astrid Monserrat y Dylan Alexis, a quienes ama y les agradece el apoyo incondicional, ya que para ellos no es fácil, debido a los riesgos que prevalecen en la vocación del bombero.

Imagen Zacatecas – Ángel Martínez




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