JEREZ.- Catalogado como uno de los primeros camposantos extramuros, fuera de los templos, que se construyeron en el país, el Panteón de Dolores es poseedor de una exquisita belleza arquitectónica. Pese a ello, el primer Museo Panteón del Estado no cumple su cometido; el antiguo cementerio no ofrece los recorridos nocturnos para mostrar a los … Leer más
JEREZ.- Catalogado como uno de los primeros camposantos extramuros, fuera de los templos, que se construyeron en el país, el Panteón de Dolores es poseedor de una exquisita belleza arquitectónica.
Pese a ello, el primer Museo Panteón del Estado no cumple su cometido; el antiguo cementerio no ofrece los recorridos nocturnos para mostrar a los visitantes sus obras de arte, historia y leyendas.
Este cementerio, quizá el más bello del municipio, da muestra del arte sacro que se desarrolló a principios del siglo 19 y que tiene un peculiar estilo, pues a pesar del poder de la iglesia en aquella época, se destaca que los monumentos fúnebres no tienen como principal elemento la cruz y en muchos de ellos no existe éste símbolo sagrado.
La arquitectura y belleza del camposanto continúan en el anonimato para muchos visitantes, debido a que los recorridos que la Asociación de Agencias de Viajes representada por Jorge Martínez, quien presentó el proyecto al Gobierno del Estado, fue suspendido.
El responsable del proyecto informó de un reglamento que se realizó en el pasado gobierno, les solicitaba cumplir con una serie de requisitos como el pago a un encargado del panteón, un policía y la aprobación del cronista adjunto entre otros.
Por lo anterior, se cancelaron los recorridos que ofertaban los fines de semana, y en los cuales los estudiantes de turismo de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) campus Jerez, escenificaban las leyendas y personificaban a jerezanos que formaron parte de la historia.
No obstante, el proyecto sigue vigente y esperan retomarlo viernes y sábado, por ser éste un producto turístico y parte de la práctica de los estudiantes.
La construcción
El cronista adjunto, Héctor Manuel Rodríguez Nava, como parte de su investigación tiene documentación que refiere que en México en el año de 1799, se pretendía construir un panteón general, asignando la obra a Manuel Tolsá; arquitecto Español con un importante prestigio.
Tolsá realizó 8 planos en el año de 1808, los cuales los presentó para su aprobación al virrey de España, pese a ser aprobado no se construyó el panteón debido al inicio de la guerra de Independencia.
No obstante, uno de los planos llegó a Jerez de forma desconocida y se tomó como modelo para hacer el Panteón de Dolores a las afueras de la ciudad.
Este camposanto no fue el primero, el obispo Ruiz de Cabañas realizó una visita en 1799 a este poblado y el cabildo le presentó la solicitud para que los cuerpos ya no se sepultaran en las iglesias.
Muchas de las personas ya no acudían a los oficios religiosos debido al hedor de los cuerpos en descomposición, que ni los naranjos y otros cítricos que se plantaban en los atrios disimilaban el olor.
El obispo ordenó que se abrieran campos en el atrio, calles aledañas a la Parroquia y barrio de San Miguel para sepultar cuerpos, en 1810 se abrió el panteón de Guadalupe que se localizaba en la actual calle de la Parroquia, por donde corrían los desagües de la ciudad.
En 1812 Don Rodrigo del Río y Loza, jefe de Dragones, solicitó permiso para restablecer el culto a la virgen de Los Dolores, capilla que se erigió a un costado del camposanto.
Dos años después, en 1984, iniciaron los sepulcros en el Panteón de Dolores, que toma su nombre por la virgen de la capilla que se ubicó en el entonces barrio del Rescoldillo, donde habitaba la gente más pobre que no acudía a misa por no tener ropa, es decir que vivían casi desnudos, así lo manifiesta Del Río y Loza en su carta al obispo.
La capilla de Los Dolores, se construyó con el fin de que estas personas no tuvieran miedo ni pena de acudir a la iglesia, pues las clases sociales eran muy marcadas en ese tiempo.
Las familias poderosas
Entre los mausoleos con una singular belleza, se encuentra el de la familia Brilanti de origen Portugués y dentro de ella reposa Josefa Brilanti, quien aportó los fondos y contrató a Dámaso Muñetón para la construcción de la torre norte de La Catedral de Zacatecas.
Josefa Brilanti solicitó en 1906, un permiso especial al entonces gobernador para el traslado de todos los cuerpos de sus familiares que se encontraban en la ciudad de México, con la intención de que se concentraran en este mausoleo.
De dicha familia, aún se tiene conocimiento de sus descendientes, tal es el caso de la periodista y conductora Lili Brilanti.
Entre otras de las personalidades que fueron parte de la historia de éste pueblo, está Trinidad Llamas de Berúmen, abuela del poeta Ramón López Velarde.
Se localizó la lápida del primer entierro del general Jesús Sánchez Román, quien actualmente reposa en la Rotonda de los Hombres Ilustres en el cerro de la Bufa.
En la entrada del panteón, se localiza la tumba del jefe político José María Hinojosa, quien impulsó la construcción del teatro que ahora lleva su nombre, unos metros adelante el sepulcro del profesor Salvador Varela Reséndiz.
Entre otras de las criptas más destacadas, está la de la familia Sánchez Castellanos, la cual teníua espacio para 42 cuerpos y aún lo tiene para 26 más.
En el mausoleo de la familia Cabrera, donde se encuentran los restos de Don Pedro y Atenógenes Cabrera, es coronado con la figura de un niño acostado sobre una cruz, con una corona de espinas y su clavos, cabe resaltar que este último construye el edificio de la Torre y finaliza el teatro Hinojosa.
Otra de las muestras del poder económico de los jerezanos de aquel tiempo, es la placa de ónix realizada en la ciudad de México que se localiza en la tumba de Francisco Amozurrutia, hijo de quien mandó apresar a Lino Rodarte, protagonista de un famoso corrido.
Los castigos
Por gestión del comité de Pueblos Mágicos, presidido por Pablo Alejandro Torres Corpus, se inició el rescate del viejo panteón, en donde se realizó la colocación de iluminación escénica, el rescate de algunas lápidas y la nivelación del terreno.
Esta fue una tarea importante en la que se trabajó con arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y expertos de la Junta de Protección y Conservación de Monumentos y Zonas Típicas, ya que anteriormente, por tratarse de tierra santa, al construir los mausoleos, la tierra no era desechada y cubría las tumbas de su entorno y con la nivelación se recuperaron, así como los desagües originales.
En el proceso de restauración por parte de la Ferretería Bulevares contratada por Gobierno del Estado, al retirar un árbol el mausoleo de la familia Escobedo Silva se desplomó y quedaron al descubierto datos históricos importantes.
En este mausoleo yacían los restos de Jesús Escobedo Silva, personaje acaudalado, dueño de la Plaza de Toros La Reforma, Plaza de Gallos y una tenería.
Pero el dinero no borró sus pecados para la iglesia, que aún después de muerto lo trató con severidad, al colocar una túnica de penitente e impedir que se sepultara viendo al poniente, su cabeza se encontraba al oriente y fue enterrado con zapatos, símbolo de que era liberal o libre pensante.
Su pecado fue apoderarse de la Huerta de la Virgen, lugar asignado para la continuidad de la construcción del Santuario de la Virgen de la Soledad, que más tarde fue recuperado y Julián Brilanti construye el actual jardín Hidalgo.
En el rescate se localizó una ventana arqueológica, en el que se descubrió la tumba del doctor Jesús Villalobos, primer médico titulado en Jerez quien falleció en una epidemia.
Las tumbas sin cruces
El motivo de que en éste camposanto no existieran cruces, lo atribuye el cronista adjunto de la ciudad, a que en la antigüedad los camposantos se bendecían tres cuartas partes y el espacio que quedaba sin consagrar, era para quienes morían fuera de la iglesia, los quemados, niños no bautizados y nonatos.
Otra hipótesis es que en el siglo 19 Jerez era un bastión de la masonería, ya que la mayoría de estas tumbas sin cruces, pertenecen a los jefes políticos y muchos de sus sepulcros tienen símbolos masones.
El mausoleo Sánchez Castellanos, en la base tiene una clepsidra (reloj de arena alado) y su piso es ajedrezado, así como la tumba del padre Báez, último capellán de la capilla de los Dolores con otros símbolos, además de otras con una escuadra y un compás.
El arte sacro o funerario
El enigmático lugar ésta lleno de misterios y el arte que resguarda a los antepasados de los jerezanos es poco estudiado, pero sus tumbas tienen diseños eclécticos, otros de estilo neogótico creados por Dámaso Muñetón, de quien se encuentran las tumbas de su hija y su madre.
Sin embargo, pocas de estas obras tienen una firma de sus autores, ya que eran encargos particulares realizados por cantereros anónimos en su mayoría.
Las leyendas
En la época moderna los visitantes han creado leyendas en torno a dichas obras de arte, una de ellas es la mujer de medio luto que se encuentra en la tumba de la abuela de López Velarde, la cual tiene un manto que la cubre.
Delante de ésta se localiza la figura de una plañidera, mujer contratada para llorar en los funerales de los hacendados, a la que las nuevas generaciones le han creado el mito de la llorona.
Recorrer éste panteón es un viaje al pasado, en el que se entremezclan la belleza arquitectónica, la historia y las leyendas que no han logrado penetrar como un producto turístico.
Imagen Zacatecas – Silvia Vanegas