Ojocaliente, presa de la violencia; claman por la paz

OJOCALIENTE.-  El municipio vive la mayor ola de inseguridad en su historia; en poco más de dos semanas se han presentado números delitos de alto impacto, como asesinatos y privaciones de la libertad, que ya se han convertido en una constante para la población. Los delitos de alto impacto son ya cotidianos y a los … Leer más

OJOCALIENTE.-  El municipio vive la mayor ola de inseguridad en su historia; en poco más de dos semanas se han presentado números delitos de alto impacto, como asesinatos y privaciones de la libertad, que ya se han convertido en una constante para la población.

Los delitos de alto impacto son ya cotidianos y a los asesinos parece no importarles acabar con las vidas de sus víctimas frente a niños,  mujeres o jóvenes; matar se ha vuelto común, haciendo del ajuste de cuentas  una forma de vida.

El 15 de noviembre con el asesinato de un joven conocido como El Tinikis inició un camino de sangre y dolor en este municipio, al que parecía que la violencia le había dado un respiro.

El homicidio ocurrió durante la salida de los estudiantes de la Escuela Secundaria Federal Ignacio Zaragoza; alumnos y vecinos fueron testigos de este cruento acto.

Apenas terminaban de llorar la muerte de Tinikis, cuando el hallazgo de dos cadáveres en un camino de terracería volvió a cimbrar a los ojocalentenses.

Las víctimas eran dos jóvenes y fueron sacados de sus casas con lujo de violencia durante la madrugada; una hora después fueron encontrados asesinados.

A días de la muerte de esos jóvenes, un feminicidio ocurrido en una comunidad con alto grado de marginación dio una bofetada nuevamente a los esfuerzos que pobremente la policía municipal realiza para dar seguridad a sus habitantes.

Maribel, una joven de 18 años, vecina del Cerrito del Agua, estudiante del bachillerato en Villa González salió de su casa a la tienda.

Su cuerpo fue encontrado un día después: fue asesinada a golpes y su cuerpo lacerado con un arma blanca.

Los habitantes de ese pequeño poblado no daban crédito que a cinco meses del asesinato de Daniela, una mujer que estaba a punto de terminar su gestación, nuevamente el crimen se repitiera.

Un día después de que se diera a conocer el terrible hecho contra Maribel, apenas clareaba la luz del día cuando Pablito, un hombre entregado a su familia y su hogar fue asesinado a sangre fría en su puesto de tacos.

Decenas de estudiantes esperaban el camión para viajar a Zacatecas cuando el hecho de sangre ocurrió a su costado.

Los universitarios vieron cómo “uno de una moto le disparó y cuando Pablito yacía en el piso se acercó a rematarlo y luego huyó”.

Parecía que la calma había regresado al pueblo, cuando este domingo el atentado contra Luis Daniel, un joven de 21 años, de oficio jornalero fue sacado de su casa a la fuerza y asesinado en la colonia Casa Blanca, cuando apenas amanecía.

Su familia fue testigo del brutal crimen y los disparos resonaron en la cabecera municipal.

Los indicios de la escena del crimen no habían terminado de ser levantados cuando el asesinato de don Sergio invadió de temor a los pobladores.

Don Sergio fue asesinado durante la mañana, a un costado del mercado municipal, en un día de tianguis, en el que cientos de personas de comunidades y municipios vecinos acuden para hacer las compras de la semana.

Al parecer, la tranquilidad en este municipio se fue para no regresar nunca, pues el lunes un hombre, de oficio vendedor de frutas fue privado de su libertad entre los centros comerciales Aurrera y Soriana, mientras impotente su esposa veía la escena.

Los ojocalentenses exigen y claman paz y seguridad en este terruño zacatecano, que hasta hace 11 años se caracterizó por su tranquilidad y hoy es invadido por el luto y el dolor de cientos de familias que han perdido a un ser querido en manos del crimen organizado.

Imagen Zacatecas – Redacción