Monrealazo no monrealismo

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

La historia política de Zacatecas registra que durante el dominio absoluto del PRI hubo un solo político que mantuvo los hilos del poder durante tres sexenios consecutivos: el propio (1944 1950), el de su sucesor inmediato (1950-1956) y el inmediatamente después (1956-1964); nadie, ni antes ni después ha logrado lo que Leobardo Reynoso en cuanto … Leer más

La historia política de Zacatecas registra que durante el dominio absoluto del PRI hubo un solo político que mantuvo los hilos del poder durante tres sexenios consecutivos: el propio (1944 1950), el de su sucesor inmediato (1950-1956) y el inmediatamente después (1956-1964); nadie, ni antes ni después ha logrado lo que Leobardo Reynoso en cuanto a la prolongación de su influencia, Ricardo Monreal lo intentó, pero fracasó cuando no pudo imponer a Tomás Torres ante la presencia nacional de Amalia García, la que sí logró imponer a su candidato, pero no el triunfo en la elección constitucional y Miguel Alonso que impuso candidato y logró que ganara la elección constitucional pero a costa del inmediato distanciamiento con su sucesor.

Ricardo Monreal encabezó un movimiento político electoral trascendente al poner fin a la permanencia consecutiva del PRI en el gobierno del estado, hecho que le aseguró un lugar en la historia política de la entidad.

Su rebelión contra la imposición caló hondo en el pueblo zacatecano que en 1958-1959 derramó sangre en el movimiento político electoral conocido como “La coalición” en busca del derecho de las bases a elegir a sus candidatos.

Diez años después se produjo el baño de sangre conocido como “Movimiento del 68” que cambiaría la historia política de Zacatecas contribuyendo a que en 1998 en Zacatecas perdiera el PRI, partido que iniciaba su declive al pactar con el PAN la legitimación de Salinas De Gortari en el torneo de componendas conocidas como “concertacesiones” (la entrega al PAN de Baja California y Guanajuato, dónde no obstante la victoria del PRI, le cedieron la gubernatura a un panista para ser el único gobernador que ejerció un sexenio completo sin pasar por las urnas)

En 1998 el PRI iba en picada, un año antes fue derrotado con Cuauhtémoc Cárdenas en la Capital de la República y el partido oficial perdió la mayoría legislativa por primera vez en su historia; el PRD liderado por Andrés Manuel López Obrador, además de 126 diputados federales, lograría la buena racha de las gubernaturas de Zacatecas, Tlaxcala y Baja California Sur antes de que el “invencible” perdiera con Fox la Presidencia de la República.

Batallas previas

El brutal desenlace del movimiento de 1968 produjo en Zacatecas una generación de mentalidad antipriísta que en mucho preparó la victoria de Ricardo Monreal una vez que no cuajó su inicial acercamiento con el PAN y a partir del 5 de febrero de 1998 se produce la exitosa campaña electoral.

López Obrador, en su discurso de toma de posesión hizo un recuento de luchas y personajes que contribuyeron al cambio por su triunfo. En contraste, Monreal no parece reconocer el papel de la generación de rebeldes antipriístas que se enfrentaron con el gobierno de Pedro Ruiz González, en las iniciales luchas de los años 70, a partir de alianzas del estudiantado ideologizado con campesinos, colonos, trabajadores de vocación, sindicalistas, etcétera.

Un golpe demoledor al esquema de poder fue la victoria sobre los latifundistas políticamente poderosos y la consolidación de la vocación popular-democrática de la universidad exitosamente preservada de la ofensiva de los sectores afectados por el activismo de izquierda de 1977.

En esos años se gestó una clase media ilustrada integrada por profesionistas críticos que se insertaron en instituciones y en el ejercicio libre de la profesión que en mucho forjaron el espíritu antiautoritario que confluyó en 1998.

Las luchas implícita o explícitamente antipriístas de los años 1990 no tuvieron a Monreal, “el error de diciembre” generó descontento social pero ni los deudores de la banca ni el Barzón tuvieron al entonces joven político de su lado, ni cuando el crujir de huesos del partido oficial se escuchó sonoramente en las elecciones estatales de 1995, con conflictos postelectorales premonitorios.

Prueba no superada

La victoria de 1998 quedó en “Monrealazo” sin cuajar en monrealismo porque su protagonista principal no fue congruente con el simbolismo de su triunfo que era el repudio a la imposición.

¿Imagina usted a Francisco I. Madero del “Sufragio efectivo no reelección”, de haber tenido ocasión, reelegirse las veces que pudiera?

Salvador Nava es ejemplo de que cuando un líder encarna una idea, el movimiento nace y se mantiene en torno a una idea.

Monreal dispone la influencia que le dan los cargos, no ha tenido la ocasión de su capacidad de medir su liderazgo “desde la banca”, como los líderes sin nada que ofrecer a sus seguidores más que su ejemplo y pensamiento.

Es reconocido como gobernador competente y político dotado de habilidades, pero no como aportador de una visión articulada que activa ciudadanía en una fase de la historia de una región o nación.




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