La batalla también es política

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

Gran zozobra causó un video que muestra a personas sometidas narrando el plan de matar a cuatro presidentes municipales mediante una paga de 200 mil pesos por cada uno, con el fin de apoderarse de la plaza, dónde además, los delincuentes cobrarían 20 mil pesos mensuales ordinariamente. Además, al finalizar la semana aparecieron narco mantas … Leer más

Gran zozobra causó un video que muestra a personas sometidas narrando el plan de matar a cuatro presidentes municipales mediante una paga de 200 mil pesos por cada uno, con el fin de apoderarse de la plaza, dónde además, los delincuentes cobrarían 20 mil pesos mensuales ordinariamente. Además, al finalizar la semana aparecieron narco mantas en diversos municipios, en algunos lugares junto a un recién asesinado, donde un cártel que se identifica como “C de S” anuncia que la bronca no es contra el gobierno en sus tres niveles, sino contra los que secuestran y extorsionan.

Los cárteles mexicanos practican la comunicación con eficacia, ponen a circular sendos videos con esquema conocido: personas sometidas son interrogadas antes de proceder a su ejecución para que viertan afirmaciones que son del interés de sus captores, en ocasiones el mensaje es para una banda enemiga en especial, otras veces el destinatario es el gobierno y no pocas veces el mensaje es “al público en general”.

Las narco mantas son modalidad comunicativa a la que recurren con frecuencia, aunque la más escabrosa de todas es la que emplean como medio para comunicar su mensaje los cuerpos de sus ejecutados, la decapitación, el cercenamiento de orejas, de lengua y de testículos. Cada forma de ejecución implica significados que entienden los destinatarios.

El elemento del éxito del acto comunicativo reside en la verosimilitud, independientemente de la verdad de lo que el mensaje consigna y, como en la comunicación social de cualquier vertiente, la posibilidad de deformar, mentir u ocultar es amplia.
Los mafiosos a veces se identifican como organización y a veces usurpar el nombre de sus rivales y obligan a sus aterrorizados prisioneros a decir situaciones reales unas veces e inventadas otras.

Los delincuentes hacen política, analizan la situación y realizan o suspenden acciones para desprestigiar o prestigiar gobernantes, patrocinan campañas, intimidan candidatos, negocian con sigilo, pero nunca abandonan la comunicación como arma de guerra.

El video que difunde la intención de matar a los presidentes municipales de Zacatecas, Fresnillo, Guadalupe y Río Grande, deberá desentrañar la intención real, es absurdo que para tomar la plaza los delincuentes tengan que matar a cuatro alcaldes que para nada les estorban, aunque se lo propusieran, es absurdo que los planes reales como los que narra la pareja videograbada sean conocidos, en la lógica de los grupos armados cada miembro sabe los que necesita saber para “su tarea” y nada más.

Las narco mantas suscritas por “C de S” sugieren que el cártel de Sinaloa viene por una plaza en la que sentó sus reales desde que se llamaba cártel de Guadalajara.

Descifrar el significado real de esos mensajes es tarea de inteligencia policial.

Siguen con la iniciativa

Lo cierto es que en Zacatecas la delincuencia organizada tomó la iniciativa y no la suelta desde entonces. Desde hace 12 años somos campo de batallas entre bandas y entre facciones de una misma. La intensidad de la violencia depende de los delincuentes, el gobierno solo recoge muertos y manda boletines, mientras que los secuestros, extorsiones y desapariciones tienen a la población de los distintos rumbos con el “Jesús en la boca”. En tanto, los gobernantes no se afanan por comprender la lógica del enemigo que enfrentan.

Los delincuentes usan con destreza la comunicación, mientras que el Gobierno de Zacatecas incurre en errores serios.
¿Ha sabido usted, amable lector, que un cártel declare que le faltan vehículos, equipo y armamento? En cambio, el gobernador declara que en esas condiciones se encuentra la Guardia Nacional, pero que será por poco tiempo. Los cárteles no hacen público cuántos rifles de asalto han adquirido, tampoco nos platican cómo andan de municiones ni nos dicen cuántos miembros tienen y cómo están repartidos en el territorio.

En contraste, basta leer los periódicos para saber cuántos ayuntamientos no tienen policía y cuántos tienen muy poquitos, para que los bandidos puedan escoger dónde secuestrar y extorsionar con menos riesgo.

Amenazas que surten efecto

Si atendemos lo dicho por el gobernador de que más de la mitad de los presidentes municipales viven amenazados sin que conozcamos la enérgica respuesta institucional, tenemos derecho a suponer que las amenazas cumplen su propósito de mantenerlos “quietecitos”, agravando la indefensión colectiva.

En mi apreciación, el gobierno no entiende que el crimen organizado le disputa apoyo de habitantes, apoya construcción de templos, reparte víveres y juguetes entre pobres, maneja el discurso de que su guerra en con secuestradores y extorsionadores, aniquila delincuentes fuera de control, es decir, hace política para ganar tolerancia no solo mediante el miedo.

Sin actitud, la aptitud se desperdicia.

Combatir el crimen reclama líderes que contagien valor, no burócratas con aversión al riesgo.

Nos vemos el jueves en Recreo.

[email protected] | @luismedinalizal




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