García Luna Producciones

La detención de Genaro García Luna en los Estados Unidos va producir un terremoto político en México, fue el más poderoso funcionario relacionado con la seguridad pública y el combate a la delincuencia organizada del panismo en el Gobierno, es un archivo viviente de secretos de alto calibre, su biografía es la biografía del poder … Leer más

La detención de Genaro García Luna en los Estados Unidos va producir un terremoto político en México, fue el más poderoso funcionario relacionado con la seguridad pública y el combate a la delincuencia organizada del panismo en el Gobierno, es un archivo viviente de secretos de alto calibre, su biografía es la biografía del poder descompuesto, arbitrario y opresivo, la negación misma del estado de derecho, su participación en un episodio de gran resonancia internacional puso al descubierto la ruin complicidad entre el poder en turno y los medios de comunicación.

El 9 de diciembre de 2005 Televisa transmitió “en vivo” la captura de una banda de secuestradores y la consecuente liberación de las víctimas sin imaginar que en ese momento surgiría un grave conflicto diplomático derivado de que entre los presuntos secuestradores figura la francesa Florence Cazzéz, misma que dio a conocer lo que luego se comprobaría: que todo era una farsa montada para simular un éxito policial inexistente y que los acusados habían sido detenidos un día antes y forzados a actuar su papel. Después vendría el calvario de las torturas, intimidaciones y vejaciones mediante las cuales sostuvieron la mentira oficial hasta que el Gobierno francés obtiene la liberación de la ciudadana francesa, ya para entonces condenada a 60 años de prisión mediante un fallo de la Suprema Corte, arrancado con años de insistencia pero dejando en prisión hasta la fecha a su coacusado y novio apellidado Vallarta, quien ya lleva 14 años preso.

Durante varios años, la narrativa que se impuso culpabilizó a la francesa y ocultó a la opinión pública las barbaridades procesales y evidencias del infame montaje que implica a García Luna y Loret de Mola, fue tan eficaz la impostura mediática, que muchos mexicanos de buena fe vieron en la liberación un hecho de impunidad cuando lo procedente hubiera sido el fincamiento de responsabilidades para los que operaron la burda farsa.

Los hechos ocurren cuando García Luna es jefe de la poderosa Agencia Federal de Investigaciones, teniendo como superiores al recién renunciado ministro de la Suprema Corte, Eduardo Medina Mora, entonces procurador General de la República y a Vicente Fox, ya con Felipe Calderón se convierte en el temible secretario de Seguridad Pública, siempre mal visto por el Ejército, pero siempre cubierto con el manto presidencial.

La historia de la complicidad entre el poder público y medios de comunicación para engañar a la gente ha sido constante, las campañas contra las empresas públicas para persuadir de la conveniencia de su privatización, para persuadir a la población de aumento de tarifas de transporte, la aprobación de las afores etcétera. El maridaje entre poder y medios ha llegado a extremos tales que durante mucho tiempo era habitual presentar a detenidos con evidencias de castigo físico (la aplicación de electricidad en genitales se refleja en dificultades para caminar durante días), la televisión mostró sin recato alguno a guerrilleros detenidos durante décadas sin hacer el mínimo esfuerzo de “maquillar” los maltratos, etcétera.

 

Mentir con impunidad y ganancia

Laura Barranco, periodista que vivió desde adentro el siniestro montaje del Gobierno y Televisa, ofrece su testimonio sin dejar dudas al respecto, el montaje ha sido modus operandi en una gran diversidad de temas, incluyendo los electorales.
El sensacionalismo se explica por el afán mercantil, a lo mejor Pancho Villa es el pionero cuando pactó la difusión de batallas y fusilamientos con una empresa cinematográfica pero no hacía montajes, lo que se filmaba eran acciones reales que luego el público “disfrutaba” en las salas de cine, en cambio, lo que refleja el episodio del montaje referido es la deliberada intención de engañar.

¿Es legítimo el ejercicio de mentir de manera consciente?, Goebbels, el ministro de propaganda de Adolfo Hitler, diría que sí, pero una sociedad que aspira a la concordia democrática no puede permitir tal fuente de descomposición ¿deberían las leyes mexicanas distinguir entre el error y la mentira? En mi perspectiva, cuidando mucho las libertades, es lo que los mexicanos necesitamos para superar muchas cosas.

 

Una discusión necesaria

El ejercicio deliberado de mentir ocultando realidades y difundiendo falsedades en los medios ha ocasionado la sobrevivencia de muchos de los males que no existirían si la gente no ignorara su existencia, la tortura es buen ejemplo, pero también la mentira mediática ha sido la llave del éxito de políticos sin ética, de prácticas autoritarias, de ineptos en funciones públicas. La permanencia de caciques es impensable sin la mentira mediática premeditada.

En los fake news la tecnología cibernética es lo novedoso, pero en los países con escaso desarrollo democrático como el nuestro, la mentira mediática ha sido la regla.

Hay mucho por hacer a ese respecto. Nos encontramos el lunes en El Recreo.




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