Rostizado

Domingo por la noche . Estába solo en la oscuridad de mi habitación. Solamente la luz de la televisión iluminaba con flashazos el cuarto mientras yo analizaba opciones. Y es que tenía que decidir de qué iba a pedir mis tacos, esa cena dominguera que me hace olvidar el odio que siento por los lunes, … Leer más

Domingo por la noche . Estába solo en la oscuridad de mi habitación.

Solamente la luz de la televisión iluminaba con flashazos el cuarto mientras yo analizaba opciones. Y es que tenía que decidir de qué iba a pedir mis tacos, esa cena dominguera que me hace olvidar el odio que siento por los lunes, al menos durante un momento.

Fue entonces que lo que apareció en la pantalla llamó mi atención; era el estreno del Roast de James Franco, en el Comedy Central.

La dinámica de este tipo de show es muy sencilla: una celebridad deja que unos tipos, muchas veces son personas cercanas a los “homenajeados”, le apliquen una dosis muy manchada de burlas hacia su persona e incluso entre ellos mismos para que después el “rostizado” se desquite.

Yo realmente tengo mis reservas con este tipo de shows, ya que tanto pueden llegar a decir cosas harto graciosas como pueden caer en momentos incómodos que dan pena ajena, algo que he notado que por lo general le pasa a los homenajeados, o a Héctor Suárez Gomís cuando quiso rostizar a su padre, Héctor Suárez.

En el Roast de James Franco se reunieron algunos amigos del actor y unos cuantos comediantes en un cotorreo que resultó ser bastante divertido, sobre todo si escuchabas la risa de Jonah Hill y de Seth Rogen, una risa que me hizo sospechar que, como decimos en el barrio, se les quiso “trepar el payaso” con algo que fumaron.

Aunque no faltaron los momentos incómodos, como la participación sin chiste de Andy Samberg y el extraño final por parte del mismo Franco, el show sí es algo que vale la pena ver y, conociendo a los de Comedy Central, te lo meterán hasta en la sopa con sus, muy contínuas, repeticiones.
 

Imagen Zacatecas – Fernando Quijas Valdez