Mi delito… luchar por ellos

En esta historia, la pareja se enfrascó en una conflictiva legal muy complicada en la que sus pequeños hijos sufrieron las consecuencias.

Los conflictos familiares resultan muy desgastantes. Pocas son las parejas que se divorcian manteniendo un plan de cordialidad para no dañar a los hijos. Sin embargo, la mayoría de estos asuntos se resuelven en medio de conflictos muy severos en los que se hacen demasiado daño innecesario.

En esta historia, la pareja se enfrascó en una conflictiva legal muy complicada en la que sus pequeños hijos sufrieron las consecuencias y fueron separados de su madre por más de 2 años.

La gota que derramó el vaso

Lo de nosotros ya era insostenible. No había un solo día que no discutiéramos. Yo la tenía que estar vigilando porque está loca. Ya ve, tan está loca que se fue un día y se llevó a mis hijos. Era muy celosa y empezaba las discusiones a gritos. Me vigilaba todo el tiempo. Se iba afuera de mi trabajo a la hora de salida o poquillo antes a esperarme. Decía que para que no me fuera con las viejas de mi trabajo.

Un día iba saliendo con una compañera. Así normal, nada más íbamos platicando y se le dejó ir como una fiera. Ahí mismo la abofeteó. Yo la agarré de los brazos para que ya no le pegara. La subí al carro y me la llevé de ahí. Al día siguiente ya había un caos en mi trabajo. En la siguiente quincena me despidieron. Mi compañera le puso una demanda por lesiones a esta mujer.  De aquí todo se vino para abajo.

Violencia

Sé que no debí hacerlo. Estaba muy enojado y me sentía muy mal por lo que estaba sucediendo. Cuando me dijeron que eso que había sucedido no era motivo para despedirme porque yo no había participado. Que solo era un reajuste de personal. Sentí que el mundo se me venía abajo. Tenía la deuda de la casa y los gastos de los 2 niños son muchos. Ella nunca quiso trabajar.

Cuando entré y la vi sentí tanta rabia. Me dijo que tienes? Eso fue suficiente. Empezamos a discutir porque la acusé de que por su culpa y sus arrebatos me habían corrido. Ella en lugar de sentirse mal por eso me dijo “qué bueno, te lo mereces por desgraciado, lárgate de mi casa si no vas a traer dinero”. No podía ser, esa casa es mía y por su culpa estaba pasando eso. Nos empezamos a insultar muy feo, de ahí vinieron los aventones.

Los niños lloraban asustados, ella gritaba como una loca y me acusaba de muchas cosas que no son ciertas. Me empezó a aventar hacia afuera de mi casa. Agarró la pantalla y me la aventó. Yo la agarré de los cabellos para que ya dejara de aventarme y la metí a la recámara ahí nos peleamos a golpes.

Adiós

Creí que, lo mejor era irme porque si seguía ahí no sé qué podría pasar. Me fui a la casa de mis papás. A los 5 días fue por mí la ministerial para llevarme a declarar. Me dejaron encerrado. Dijo que yo había llegado a destrozar la casa, cuando ella fue quien aventaba cosas para que me fuera de ahí. Yo también tenía muchas lesiones.

Más que ella, porque estaba rasguñado y tenía golpes que me hizo con una plancha. Yo le pegué para defenderme porque se puso muy violenta. Pude salir de la cárcel porque se comprobó que yo estaba más golpeado que ella pero no quise meterla a la cárcel, por mis hijos más que nada. Aunque ellos también la llevaban porque les pegaba de manazos cuando no la obedecían.

Demandas

Cuando salí de la cárcel me dijo que me iba a arrepentir y que no volvería a ver a mis hijos. De ahí se agarró para darme en la torre. Ella sabe que mis hijos son mi adoración y que sin ellos me muero. Se los llevó a Durango. Se fue a meter a la casa de una tía. Yo supe por una prima de ella que me llamó para decirme que lo que ella estaba haciendo no estaba bien. Porque trataba muy mal a mis hijos. Le puse una demanda por abandono de hogar y también para yo tener la custodia de mis hijos. Se la gané y el juez me autorizó a tenerlos. Le exigió que los presentara pero ella no lo hizo.

Fue y puso una demanda de alimentos.

De todas maneras le dijeron que tenía que entregar a los niños y hacerse unas pruebas con un psiquiatra. No quiso, no los presentó y tuvimos que ir por mis hijos con la fuerza pública. Ese día fue muy terrible. A puros jaloneos traía a mis hijos. Llevábamos los papeles que decían que tenían que estar conmigo pero ella decía que no. Solo los quería para que les pasara la pensión porque ella no quería trabajar. Por fin me pude traer a mis hijos.

En ese tiempo le puse la demanda de divorcio necesario. Ella no hacía caso de nada. Me decía que no me daría el divorcio a menos que le dejara la casa. Pero esa casa es mía la compré antes de casarnos y es deuda, no la he terminado de pagar.

Convivencia

Ella nunca buscó la manera de ver a mis hijos. Se desentendió por completo de ellos. Pasaron casi 6 meses de que ella se dedicó a andar con un viejo y otro allá en Durango. Resultó embarazada.

Como no estábamos divorciados aún registró a la niña como mi hija. Lo peor no fue eso. Sino que quería también pensión para la niña. Metió el acta de nacimiento también para que le diera el 40% de lo que yo gano de pensión. Exigía la guarda y custodia de mis hijos y la pensión.

No se la dieron porque ella no pudo comprobar que tuviera las condiciones para tener a mis hijos. Vivía de arrimada con su tía. Pedimos estudios de ADN de la niña para que el juez viera que no era mi hija.

Fue mucha batalla para que la quisiera presentar. En eso pasaron 2 años hasta que por fin regresó y dio la cara. Ni siquiera venía a los días que le habían impuesto para ver a los niños. Cuando mis hijos la vieron no la conocieron. Ella les hablaba pero mis hijos no la quieren. Le tienen miedo y no la conocen. Ella hizo mucho drama y dijo que yo se los había volteado y que les hablaba mal de ella.

Todo esto ha sido muy desgastante para todos. Enviaron a terapia a mis hijos para que ellos puedan ver a su mamá. Pero mis hijos no la quieren, lloran cuando los agarra de la manita. yo no puedo mandar en el corazón de ellos.

Divorcio

Lo de su hija y todo eso que ella hizo sirvió para que por fin me dieran el divorcio necesario. Pero no hemos podido lograr arreglar lo de la convivencia.

Si la ven, pero solo un ratito. No platican con ella ni juegan. Dicen que se quieren ir con su “Tita”. Que es mi mamá. Me duele mucho todo esto por ellos. No sé cómo les vaya a afectar en su desarrollo.

Divorcio

Lo de su hija y todo eso que ella hizo sirvió para que por fin me dieran el divorcio necesario. Pero no hemos podido lograr arreglar lo de la convivencia.

Si la ven, pero solo un ratito. No platican con ella ni juegan. Dicen que se quieren ir con su “Tita”. Que es mi mamá. Me duele mucho todo esto por ellos. No sé cómo les vaya a afectar en su desarrollo.

La importancia de la figura materna

Siendo tan importante la familia para sus miembros y la sociedad, resulta acertado pensar que el desarrollo sano de una persona, requiere del establecimiento de vínculos estables con sus progenitores o con quienes los sustituyan.

Gallegos y Mattifogo (2001), confirman este planteamiento al destacar que el tipo de vínculo que los hijos establezcan con sus progenitores, especialmente con la madre, es fundamental en la estructuración de su personalidad e incide directamente en el tipo de vínculo que ellos conformen en su relación con al mundo.

Bowlby (1986) citado por Gallegos y Mettifogo (2001), complementa lo antes dicho, destacando que al separar a un niño de su familia, este pierde el más importante referente de identidad y pertenencia, provocando un intenso sentimiento de inseguridad de sí mismo y en su relación con su entorno.

Tal situación constituye una necesidad afectiva primaria e imprescindible para desarrollar seguridad y confianza. Así, el vínculo del niño con la madre, las vicisitudes de este vínculo y las consecuencias de su ruptura son aspectos que rigen la vida, las relaciones afectivas, las conductas y las motivaciones de cada individuo, sin importar su procedencia, desde su nacimiento hasta la muerte.




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