Los abucheos a Reyna

El domingo durante la transmisión del partido Chivas contra Puebla, se dio una interesante polémica entre los comentaristas que participaron en la cobertura del encuentro. Luego de fallar un tiro penal, Ángel Reyna fue abucheado por los cerca de 13 mil aficionados que acudieron al partido, en su mayoría seguidores de las propias Chivas. El … Leer más

El domingo durante la transmisión del partido Chivas contra Puebla, se dio una interesante polémica entre los comentaristas que participaron en la cobertura del encuentro.

Luego de fallar un tiro penal, Ángel Reyna fue abucheado por los cerca de 13 mil aficionados que acudieron al partido, en su mayoría seguidores de las propias Chivas.

El hecho fue consignado por los comunicadores que reprocharon al público la falta de apoyo para el jugador y el club, luego de que las Chivas están metidas en serios problemas en la lucha por evitar el descenso.

La esencia del asunto desde mi óptica radica en saber si realmente un aficionado tiene o no la obligación de ir y aplaudir a un jugador o equipo, sin importar si este está dando un buen espectáculo o si siquiera está entregando el tope del esfuerzo y calidad con las que cuenta.

Bajo la premisa de los comunicadores, el ciudadano que compra un boleto (porque además no se lo regalan), que realiza el traslado al estadio, que en muchos casos compra la playera y que sacrifica horas con su familia en un domingo por la tarde, tiene la obligación moral de no reprobar lo que no le agrada, de aplaudir y alentar a jugadores y equipos que no salen dispuestos a darlo todo en el terreno de juego.
¿Por qué motivo alguien está obligado a esto? ¿No sería normal, como ocurre en cualquier espectáculo, que el aplauso o la admiración y el cariño del público llegue justamente al final de una acción bien realizada? Es decir, cuando el jugador o equipo hagan algo tan positivo que sea merecedor de este reconocimiento.

Es casi como ir al cine a ver una película nacional y esperar que por el solo hecho de haber sido fabricada aquí debamos aplaudir y gritar más allá de sí el producto es bueno o malo.

Muchas veces se confunde el amor por una playera con el fanatismo, los seguidores de Chivas y de cualquier equipo deberían ser más exigentes con el producto que reciben dentro del terreno de juego, pues soló así mejorarán su calidad y los dueños de los equipos cuidarán más la calidad del producto que le ofrecen al aficionado.

Imagen Zacatecas – José Manuel Barrón




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