Una amiga mía y su esposo se mudaron a otra ciudad y al llegar no tenían ni parientes ni amigos.En lo que se instalaron y acomodaron pasaron unos tres meses. Después, la rutina diaria empezó y él se fue a su trabajo, los dos hijos ya adolescentes se fueron a la preparatoria y ella se … Leer más
Una amiga mía y su esposo se mudaron a otra ciudad y al llegar no tenían ni parientes ni amigos.
En lo que se instalaron y acomodaron pasaron unos tres meses.
Después, la rutina diaria empezó y él se fue a su trabajo, los dos hijos ya adolescentes se fueron a la preparatoria y ella se quedó sola en su casa.
Por el tiempo libre que le quedaba, se metió a clases de tenis dos horas a la semana y el resto del día lo ocupaba en arreglar la casa y en hacer de comer; con todas estas actividades aún tenía intervalos libres.
Mi amiga me contó que su salud empezaba a empeorar, que con el tiempo libre de sobra su vida giraba entorno a ella, en ver su aspecto y sus achaques, los que a veces no eran reales. En cierto momento empezó a tener depresión.
Desde una perspectiva externa, uno pensaría que tenía toda la vida resuelta y muy feliz, pero poco a poco empezó a tener más de una enfermedad.
Su esposo le sugirió y casi la obligó a invitar a sus compañeras de tenis a un café en su casa. A regañadientes lo hizo y allí una de sus compañeras la invitó a colaborar con ella de voluntaria en un orfanato. Ella al principio se negó, pues es corta de carácter.
Al pasar los meses, su marido trabajaba todo el día y sus hijos llegaban a comer y se iban a sus actividades en la tarde. Su nueva amiga insistía en la idea de ser voluntaria y después de tanta insistencia por fin aceptó asistir al orfanato
Al poco tiempo en ir a ayudar a los demás, fue como magia y se le empezaron a quitar los achaques que tenía y la depresión y se volvió una mujer feliz y plena.
Hay que reflexionar y darnos cuenta que la ociosidad, como dicen, es “la madre de todos los vicios”.
Este es un caso que nos hace ver que el ser humano nació para producir, para estar ocupado y no ensimismado.
A esta amiga mía le dieron achaques y depresión, pero hay casos en que surge los vicios del alcohol, del juego, de las drogas y otros más.
Hay que tener cuidado si en nuestra familia tenemos gente que se la pasa sin hacer nada, perdiendo el tiempo, que ni estudia ni trabaja.
Muchas veces todo tipo de personas, desde los jóvenes hasta los adultos, caen en este tipo de vicios y achaques por estar de ociosos, por tener monotonías en su vida, por dejar pasar el tiempo y no producir nada.
Se ha comprobado que hacer algo por los demás acaba rápidamente con la depresión. Esto se ve muy claro en el caso de mi amiga, ella ahora es muy feliz y su vida, aparte de su esposo y de sus hijos, tiene otra razón de ser.
Si por algo nos empezamos a sentir tristes, aburridos y deprimidos, abramos los ojos y sinceramente analicemos si estamos de ociosos, si estamos cayendo en la monotonía, busquemos una actividad en donde ayudemos a los demás.
No lo echemos en saco roto, México es un país con muchas necesidades y hay muchas instituciones y personas a quien podemos auxiliar y que nos pueden ayudar a ser solidarios.
Imagen Zacatecas – Isabel Orendain