Zacatecas: belleza de día y encanto de noche
Las estrellas, la Luna y las luces de la ciudad iluminan esa parte melancólica, pero al mismo tiempo apasionada que no se puede ver en el día.
ZACATECAS.- Cuando somos niños le tememos a la oscuridad, pues es un lugar sin luz, donde no vemos nada; pero, qué pasa si descubrimos que ahí, hay luz; pero no la queremos ver.
A pesar de que el color se genera gracias a la luz, quién dice que la noche no se puede pintar sola o que en sí misma tenga su propia luminosidad; pero nos da mello descubrirla.
Desde puentes peatonales en Santa Mónica hasta en las alturas del Cerro de la Virgen, pasando por los caminos y los viñedos en Trancoso, cualquier rincón cambia de noche.
Aunque, no por eso deja de tener color, textura y tonos que en el día son imposibles de captar, porque vivimos a la córrele que ahí te alcanzo.
Si lo dice la abuela es ley
Mi abuela decía: del tamaño de tu luz es tu oscuridad. De esta manera podemos comprender que la belleza la podemos ver con los ojos abiertos y también cuando los cerramos.
Cuando amanece lo primero que hacemos es abrir los ojos, buscamos la luz para poder dejar de estar somnolientos y disfrutar de un nuevo día.
Cuando vamos a la cama cerramos los ojos, en donde nos vemos en los sueños, donde podemos pintar, volar y colorear las cosas a nuestro antojo.
De esta manera supongo que la luz y la oscuridad tienen su belleza, pues mientras que en el día el Sol nos muestra las maravillas.
Las estrellas, la Luna y las luces de la ciudad iluminan esa parte melancólica, pero al mismo tiempo apasionada que no se puede ver en el día.
¿A poco los amantes se encuentran mientras hay Sol? Más bien, es en la noche cuando los lobos del armario deben salir y es cuando la oscuridad nos invita a ser más atrevidos.
Así que abracemos esa oscuridad que hay en nosotros.