Ya llegaron el nacimiento, los pastores y Lucina

Zacatecanos, paisanos y turistas le compran los nacimientos. |  Fotos: Carlos Montoya.
Zacatecanos, paisanos y turistas le compran los nacimientos. | Fotos: Carlos Montoya.

La venta de los nacimientos inició junto a su familia.

ZACATECAS.- Las ovejitas, los burritos, las gallinas, los pavos, las vacas, y los peregrinos de los nacimientos, además de representar la fe de miles de mexicanos, son para Lucina Vázquez Monsiváis una fuente de ingresos.

Desde hace 30 años, la mujer vio en estas figurillas un modo de ayudarse económicamente, pero también de satisfacción y orgullo, porque las piezas también se las compran los turistas.

De este trabajo dependen seis personas.

La vendedora platica para El Centinela del Pueblo que “me gusta atender a mis clientes que principalmente son señoras amas de casa.

“También vienen paisanos a comprarme los nacimientos completos que se los llevan a Estados Unidos y a gente de otros países”, aseguró animosa Lucina.

Comenzó a trabajar en esto desde hace 30 años.

Su historia

La venta de los nacimientos inició junto a su familia; vendían las representaciones completas o separadas desde que el tianguis se instalaba en la calle Arroyo de la Plata.

Luego, por disposición de las autoridades este tianguis lo movieron al ‘Torito’ y la Unión Ganadera en el circuito de la feria, donde tiene 17 años trabajando cada diciembre de manera ininterrumpida.

La venta de nacimientos inició en su familia.

Las figuras

“Nosotros vamos por las figuras a Tonalá, Jalisco, otras las traemos de Cosío, Aguascalientes, y unas más de San Juan de los Lagos”, dijo Lucina.

Con los años vendiendo, sabe qué tipo de figurillas son las más buscadas, las más queridas o las más comerciales y que se han posicionado en el gusto de sus clientes.

Vende ovejitas, burritos, gallinas, pavos, vacas, y los peregrinos.

La mujer de 39 años tiene sangre de comerciante, sus padres también lo son y su vida ha girado en torno a ello, pues de enero a noviembre se dedica a la venta de fruta de temporada en las calles del Centro Histórico.

Agregó que de este trabajo dependen seis personas por lo que le echa muchas ganas para salir adelante, como buenos comerciantes que son, junto a otros miembros de su familia, pues se trata de una herencia que pasa de una generación a otra.

Lucina conoce el gusto de sus clientes.

Ventas pese a la pandemia

Lucina reconoció que “en la pandemia uno estaba en la creencia de que no iba a haber venta, pero se han vendido bien las mercancías”.

Esto implicó un respiro financiero para ella y su familia, pues sus ingresos dependen de las ventas.

A la sonriente y trabajadora mujer se le puede encontrar todos los días en el tianguis navideño de 8:00 de la mañana a 9:00 de la noche, así que ya sabe y vaya a ver qué le hace falta para que su nacimiento le quede increíble.

A pesar de la pandemia ha podido vender bien su mercancía.



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