
Las águilas son el mayor atractivo de este lugar.
ZACATECAS. – Existe un lugar no muy alejado de la ciudad, el cual parece un sitio de cuento, se trata de un pozo ubicado muy cerca de la minera de Francisco I. Madero, donde habita un hermoso ejemplar de águila, el caracara.
Así que anótele querido lector, si no ha ido a ver estas bellas aves en este lugar, mejor conocido como San Pancho, ¡necesita ir!
Así que si salimos de esta contingencia, vaya a respirar aire puro, disfrute de la belleza de este lugar donde hay flores y espejos de agua que parecen haber salido de un cuento de fantasía.
Para variar hay algunos árboles y yucas que albergan nidos de decenas de águilas caracara, pues estos animales surcan los aires zacatecanos, prácticamente ya son parte de la familia.
Hay tres tipos de ejemplares de estas águilas, el que vive en San Pancho no tiene nada que ver con el que viene en el escudo mexicano.
El caracara pude medir hasta 60 centímetros de altura y pesa poco menos de un kilogramo y medio. Su plumaje es café oscuro con manchas blancas en las alas y el cuello.
Mientras que las patas son amarillas y la piel del rostro también es de ese tono o naranja, se debe tener cuidado al ir a visitarlas, pues su pico puede desgarrar carne.
Las águilas de este lugar mágico no huyen de los humanos; aunque no son muy mansas, pues si se sienten amenazadas y piensan que están en riesgo pueden atacar.
Así que es mejor ir a San Pancho a un paseo tranquilo y sin molestar a estas águilas.
Es así que en este poblado se puede ver algunos pequeños grupos de águilas entre los barbechos de cosechas abandonadas a cualquier hora del día y como viven muy en paz con los pobladores, pueden verse como cualquier habitante.
Por si fuera poco, las águilas caracara se alimentan de roedores y bichos que hay en la tierra; aunque hay una especie que come animales muertos, así que si no se meten con ellas, pueden ser una gran compañía en espacios abiertos.
Un dato curioso es que solo los polluelos de águila son los más nerviosos, pero a la vez los que más se acercan a las personas.
Los pobladores aseguran que en San Pancho no hay mucho animal que coma águilas, por ello, las aves se muestran tranquilas.
Así que si quiere salir de la rutina y ver estos ejemplares, vaya a San Pancho, pero no olvide la cámara, es algo que no querrá olvidar.