¿Te golpearon el auto? Eduardo lo endereza y lo pone como nuevo

El trabajo varia en este negocio, puede tener muchos vehículos en una semana o de plano nada. Fotos: Ángel Martínez.
El trabajo varia en este negocio, puede tener muchos vehículos en una semana o de plano nada. Fotos: Ángel Martínez.

Eduardo trabaja en el oficio de enderezado y pintura de los automóviles.

FRESNILLO.- Al venir de una familia trabajadora, Eduardo Domínguez López, no se queda atrás con el enderezado y pintura de los autos, oficio que le enseñó su señor padre y que siguen su hermano y uno de sus hijos.

“Mi papá era pintor y él me enseñó todo, al inicio fue difícil aprender, pero con el paso del tiempo y la aplicación de todo lo que me enseñó las cosas son más llevaderas”, platicó Lalo.

Aunque no fue fácil, actualmente tiene su taller.

El fresnillense afirma que una de las cosas más tardadas, más que difíciles, es sacar un golpe de la carrocería, pues hay que hacer varias maniobras para enderezarlo.

El oficio de Eduardo casi casi le llega a un bombero, pues los tragahumos tienen que saber para donde echar el agua, de otra manera las llamas no se apagan, es lo mismo a la hora de enderezar.

Lo más tardado es enderezar una carrocería, pero ha podido con todo el trabajo.

Es complicado saber en dónde pegarle para que se enderece una abolladura en la carrocería de un vehículo, pues si le das en donde no debe ser, queda peor.

Aunque, para nada se la complica a Eduardo, quien ya tiene muchos años en este negocio y por ello comienza su trabajo desde las 10 de la mañana y finaliza pasadas las 8 de la noche.

Pues ahora sí que depende de los clientes que tenga el fresnillense, aunque los que acuden con él saben que se hacen las cosas y se hacen bien.

Lo que más le gusta hacer es pintar, lo que lleva 4 horas para que el color quede parejo.

Trabajo como el sube y baja

En este negocio del enderezado y pintura no hay temporadas buenas o malas, simplemente “una semana puede haber muchos carros y para la otra estar solo el taller”, dijo el buen Lalo.

“Lo que más me gusta es pintar un vehículo, que dura cerca de 4 horas, en el que se tiene que hacer con calma, porque lleva procedimientos de secado y de igualado de color”, aseguró.

Además de él, su hijo y su hermano se dedican a lo mismo.

Eduardo se siente orgulloso de su trabajo, pues es una tradición familiar que dejó su papá, y que siguió él, uno de sus hijos y uno de sus hermanos, quienes hacen su trabajo lo mejor posible.

Así que ya sabes, si les chocaron el auto y quieren que lo dejen bien, lleguen con el buen Lalo, que lo va dejar casi, casi como salido de la fábrica.




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