Sazona tu vida al asomarte a La Pimienta
Ubicado a 3 kilómetros de la capital, un lugar que se caracteriza por la calidez de su gente que mantiene el amor al Sagrado Corazón y a sus costumbres.
ZACATECAS. – Ubicado a 3 kilómetros de la capital se encuentra la comunidad de La Pimienta, un lugar que se caracteriza por la calidez de su gente que mantiene el amor al Sagrado Corazón y a sus costumbres.
Los más gloriosos atardeceres se pueden disfrutar en este sitio, donde aún huele a pueblo, donde la religión, la familia y las tradiciones son lo que más se atesora.
A pesar del paso del tiempo, al centro de la Pimienta está unos de los gigantes que festejan el viernes posterior al segundo domingo después de Pentecostés.
Es decir, que pronto darán gracias al Sagrado Corazón por proteger a la comunidad, pues su templo es una de las primeras construcciones que se hicieron y que aún sigue de pie.
Además, en las calles parece ser que el tiempo se detuvo, pues muchas fincas antiguas están al pie del cañón y aún se puede disfrutar del olor a tierra mojada cuando llueve en las casas de adobe.
Sorprende la belleza natural
La calma envuelve a La Pimienta a través de sus calles y sus valles, donde se puede disfrutar de un claro de agua que refleja el nuevo amanecer cuando se regrese a la Nueva Normalidad.
Asimismo, el pueblo albergó uno de los primeros parques ecológicos casi sin saberlo, pues era uno de los lugares donde las familias podrían ir de paseo o solo a convivir con la naturaleza.
Este espacio relumbraba de verde en su apogeo en la década de los 80 y principios de los 90.
Sin embargo, los vándalos, la falta de mantenimiento e interés dejó que se fuera a la ruina.
Actualmente, lo que quedó del parque, como los baños, las parrilladas y las bancas están envueltas en maleza. Pero, aún los ancianos del lugar recuerdan con cariño los buenos tiempos.
La fusión de abuelitos con las nuevas generaciones hacen de La Pimienta un lugar donde huele a hermosas costumbres, que van desde rezarle al Sagrado Corazón hasta dejarse envolverse con lo natural.
La combinación perfecta de este lugar son las tradicionales construcciones de abobe con un maravilloso riachuelo que llega hasta la Escondida, el cual hace resplandecer en abundancia los árboles y las plantas cercanas.
Sin duda alguna, este sitio es un espacio que poco se ha corrompido por el crecimiento de la mancha urbana. Por ello, sigue manteniendo sus culturas, raíces e identidad en cada uno de sus habitantes.