Rosalina corona a los muertos con sus arreglos florales 100% naturales

Todo lo que sabe de este negocio se lo debe a su suegra.
Todo lo que sabe de este negocio se lo debe a su suegra.

Rosalina Trejo Rodríguez realiza el oficio que le enseñó su suegra.

FRESNILLO. – Dicen que las suegras sirven para molestar, pero no fue el caso de Rosalina Trejo Rodríguez, quien orgullosamente realiza el oficio que le enseñó la madre de su esposo, pues elaborar coronas naturales.

La fresnillense tiene 18 años en el negocio de hacer arreglos para los que se nos adelantaron en el camino y como es algo especial, la comerciante le pone todo el empeño del mundo.

Tiene más de 18 años en este negocio.

Rosalina aceptó que todo lo que sabe es porque su suegra, Yolanda Hernández, le enseñó a hacerlo, lo que puede comprobar la teoría que las mujeres conquistarían el mundo si se unieran.

La comerciante aceptó que inició en este oficio porque se ocupaba llevar la comida a casa, pero eso no quita que le ponga toda la creatividad en sus productos.

Todo es natural para contaminar.

Mientras que instala sus coronas a las afueras del Panteón Santa Teresa, Rosalina refirió que inician las ventas desde las 10 de la mañana y finalizan a las 4 de la tarde.

Aunque aceptó que debido a la pandemia han bajado las ventas, pues cerraron los panteones los días que ella consideraba podría vender un poco más.

Prepara todo hasta 3 meses antes del Día de Muertos.

Aún con eso, Rosalina se preparó desde hace 3 meses, pues las coronas llevan un proceso largo, ya que hay que tener las flores de cempasúchil y toda la materia prima para hacerlas lo mejor posible.

Aquí pura ecología

Rosalina apuesta por las coronas naturales, porque no le gusta andar contaminando, por ello no está en sus planes hacer coronas de plástico.

Prefiere las naturales debido a que cuando se secan, se pueden enterrar y regresar todo de donde vino, además el material que utiliza no contamina los suelos y de esta manera ayuda al medio ambiente.

Aceptó que inició para sacar el dinero para la comida.

“Me siento orgullosa, porque hacemos un trabajo que pocas personas hacen y que es para recordar a los familiares que ya no están”, dijo con orgullo Rosalina.

Pese a que la pandemia por el coronavirus afectó las finanzas de sus clientes y con ello las ventas de Rosalina, ella aseguró que seguirá con la tradición para seguir recordando los que ya trascendieron.




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