Refugio Reyes no fue a la escuela, aprendió de grande

José Refugio Reyes Rivas. Foto: Cortesía.
José Refugio Reyes Rivas. Foto: Cortesía.

Don Cuco no estudió de manera profesional arquitectura, por lo que es considerado como el “arquitecto empírico.”

Uno de los más importantes arquitectos que ha tenido Zacatecas a través de su historia es José Refugio Reyes Rivas, cuya vida demuestra que a veces el talento no viene de una escuela.

Este personaje es Orgullosamente zacatecano, pues nació en Sauceda de la Borda, Vetagrande, el 2 de septiembre de 1862; aunque, es importante tanto en nuestro estado, como en Aguascalientes.

Lo que más llama la atención es que don Cuco no estudió de manera profesional arquitectura. Por lo cual es considerado como el “arquitecto empírico.”

A los 9 años conoció un lugar que lo marcaría de por vida y que aún está en pie, hablamos del Convento Franciscano de Guadalupe, actualmente convertido en museo.

En el Convento, que hoy es museo, le enseñaron a leer y a escribir. Foto: Carlos Montoya.

Iba a pie a estudiar

Ingresó al convento para estudiar, cosa que no era tan fácil, pues se iba caminando desde Sauceda, Vetagrande, hasta el centro de lo que hoy es el municipio guadalupense.

Aunque tuvo la dificultad de que sus padres no tenían lana. Por ello, intentaron sacarlo de la escuela para que se pusiera a trabajar y aportara a la familia.

No obstante, los franciscanos llegaron a un acuerdo con los padres de Cuco y le ofrecieron trabajo como ayudante de albañilería, cuyo sueldo ayudaba para la escuela. Además, de darle maíz y frijol.

Refugio aprendió a leer y a escribir en el Convento, lugar que años más tarde él sería el encargado de remodelarlo y de construir la torre del templo.

Cuando tenía 16 años, Cuco, como le decía de cariño, se describía como peón y ayudante en la decoración de la capilla de Nápoles.

También tuvo la oportunidad de darle su arregladita al convento. Foto: Carlos Montoya.

Quien hierro trabaja a hierro lo contratan

Uno de los primeros proyectos en los que trabajó fue en la construcción del Ferrocarril Central Mexicano, donde aprendió manejar el metal, el cual utilizaría mucho en sus obras.

Por ello, ya para 1886 su primera chamba como arquitecto fue la construcción de la Torre del Reloj del Templo de Guadalupe, que era completamente distinto al estilo del retablo de la iglesia.

Le quedó tan chula su primera misión que lo consideraron en la construcción de la iglesia de Guadalupito en Zacatecas.

Aunque solo fue el comienzo, pues a Cuco también le encargaron los altares y las estatuas del antiguo templo de la Compañía de Jesús, actualmente el museo Pedro Coronel.

Hizo tan bien, pero también su trabajo que los franciscanos de Zacatecas lo recomendaron para otros trabajos en Aguascalientes, donde puso en marcha construcciones religiosas.

Ahí andaba Cuco, a sus más de 20 años, en las obras del templo a San Isidro Labrador en la Hacienda de Garabato en 1893.

Posteriormente, cuando se le encomendó el proyecto del Templo de San Antonio, en la capital de Aguascalientes decide llevarse a su plebe a vivir con él.

El templo de San Antonio, en Aguascalientes, es una de sus creaciones. Foto: Carlos Montoya.

Principales obras

Sus principales obras fueron en Aguascalientes donde destacan:

  • El templo de San Antonio
  • El templo de la Purísima Concepción
  • El Museo de Aguascalientes
  • El Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe
  • El Hotel Francia
  • El Hotel París
En Aguascalientes hizo demasiadas obras, entre ellas las religiosas. Foto: Carlos Montoya.

Dominaba todo tipo de material

Luego de tanto ajetreo en los templos, Refugio Reyes ya dominaba las técnicas y el uso de materiales como los metales, las maderas, los tabiques y hasta las piedras.

Era tan bueno en su trabajo que consideraron a Cuco para ser funcionario público de la capital hidrocálida.

Por ello, en 1917 fue director de Obras Públicas, puesto en el que duró 8 años, cabe resaltar que no cualquiera logra eso en otro estado que no es su terruño.

Refugio Reyes murió en 1943 en Aguascalientes a los 80 años.

Por ello, la Universidad Autónoma de esa ciudad, a manera de homenaje en 1985, le otorgó el título póstumo de Arquitecto.
Mientras que en 2014, lo declararon hijo predilecto de Vetagrande.

El templo de Guadalupito es su más grande obra en el estado. Foto: Carlos Montoya.
Foto: Carlos Montoya.



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