Para limpiar y purificar

Estamos en plena Luna Cuarto Menguante, días en que nos disponemos a menguar todo aquello que nos impide transitar tranquilamente en nuestro día a día.

Para este caso, solo necesitas la cantidad de sal que puedas retener en el puño cerrado de tu mano dominante (aquella con la que escribes).

Puede ser sal marina natural o preparada en casas esotéricas. Realizas tu rutina normal de aseo, y al finalizar tomas un puño de sal. Luego, pasas la mano por tu cuerpo, como si sostuvieras el jabón.

IMPORTANTE: lo que tocará tu cuerpo será la mano cerrada. La sal nunca tocará tu piel.

Mientras realizas los movimientos, como si estuvieras aplicándote jabón, visualiza la sal absorbiendo toda la negatividad que te aqueja, de otro modo si eres católico reza un Padre Nuestro.

Al terminar de recorrer tu cuerpo, deja caer la sal por el drenaje. Colócate debajo de la ducha abierta, un minuto, y listo. Recuerda no secarte con toalla.

Al final, puedes encender una vela blanca en señal de agradecimiento. Luego tiras los restos a la basura cuando la vela se haya consumido.