Los consejos de la abuela: Los clavos

Confía en la magia de Dumbar el Curandero.
Confía en la magia de Dumbar el Curandero.

Frase del día: Ignorar es como matar, pero sin ensuciarse las manos.

Los clavos son un elemento muy presente en la brujería ya sea en botellas para sanar o maldecir , clavados en los marcos de las puertas para la protección, atados con hilos de diversos colores hasta usados como talismanes protectores individuales.

Tienen la posibilidad de clavar, ligar y lo más obvio herir. Sumado a la cualidad del hierro que según el folklore popular hiere a las hadas, por esta posibilidad de “conectar” también se utilizan para generar diálogo con el mundo de los espíritus.

Si no se tienes clavos puedes reemplazarlos con las espinas más grandes que encuentres.

Se utilizan también para paralizar o neutralizar al enemigo puntual, nunca para hacer daño.

No son un elemento más en la brujería, tienen una fuerza especial por el material con el que están hechos, así como por la forma afilada, similar a la espada.

Una manera de utilizarlo es la siguiente:

Aleja el mal con clavos

En este ritual sólo necesitas:

  • Un vaso de cristal
  • Agua
  • Un clavo

El clavo hay que sumergirlo en el vaso con agua para absorber la energía negativa y déjalo bajo la cama mientras duermes, preferiblemente en la cabecera, diciendo en voz alta el siguiente conjuro:

“El cristal envuelve el agua y evita que se derrame. Que me envuelva a mí como al agua y aleje todo mal”.

Al despertar hay que ver si tiene burbujas adheridas al vaso, mientras más haya, más energía negativa hay. Si el agua se evaporó, puede ser una señal de algún maleficio.

Debe cambiarse el agua, derramándola lejos de la casa y lavar el clavo todos los días.

Es importante saber, que el vaso bajo la cama genera una estela de protección para dormir con tranquilidad, sin tener efectos negativos internos o externos.




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