Las ollas de barro de Herminia son lo mejor

Herminia Espicio Magania hace cazuelas y ollas de barro. Fotos: Ángel Martínez.
Herminia Espicio Magania hace cazuelas y ollas de barro. Fotos: Ángel Martínez.

Herminia trae artículos de barro que hace en su natal Zamora, Michoacán.

FRESNILLO.- Herminia Espicio Magania es una de las mujeres trabajadoras que hace cazuelas y ollas de barro, las cuales tiene su chiste en hacer y por ello, a veces se pasa con el regateo.

Para empezar, Herminia no es de El Mineral, anda de paso en el municipio, porque hay que seguir buscando el dinero a través de sus productos a base de barro, los cuales hace en su natal Zamora, Michoacán.

Lo bueno es que si se quiebran son ecológicos.

Hay que reconocer que hay gente que sabe que es mucho trabajo andar haciendo y, sobre todo, decorando las ollas, pues una cazuela le toma hacerla media hora; pero, ponerla coqueta tarda más de 2 horas.

Además doña Herminia no solamente trae jarrones, ollas, platos y vasos de barro que hace su familia con las manitas; sino que hay otros artículos que le compra a los productores de la región.

No se tarden en comprarle, porque ella está de paso.

De esta manera, no solo se beneficia ella, sino que le echa la mano a su gente, que ahorita está más necesitada de hacerse de unos pesos por eso del coronavirus.

Lo anterior, hace que la gente que no ha tenido la oportunidad de ir a ver las bondades de Michoacán, puedan conocerlo a través de las artesanías. Están hechas con manos mexicanas.

Cada pieza está hecha y pintada a mano por michoacanos.

Generaciones de artesanos

La doñita comentó que se siente muy contenta de poder continuar con el trabajo desde hace muchos años. Una prueba de ello es que sus bisabuelos y abuelos fueron los primeros en ser los mejores en este oficio.

Herminia aceptó que las primeras generaciones se metieron al negocio de las ollas de barro porque no había trabajo, pero ahora se ha vuelto un estilo de vida para ella y sus hijos.

La gente regatea mucho.

La michoacana es de la gente que se levanta bien tempranito, pues antes de que el gallo cante 3 veces, ella ya tiene su puesto bien instalado a las 7 de la mañana en el tianguis.

Los mercaditos ambulantes se han convertido en su mejor vitrina, porque a veces apoyan a los artesanos, pero solo los que trabajan con plata u otras cosas caras; aunque los primeros brebajes vienen de ollas de barro.

Tiene una tradición desde sus bisabuelos.

Doña Herminia espera hasta las 3 de la tarde para que algún fresnillense se lleve una chulada a su casa, lo mejor de sus piezas es que si se quiebran no le hace daño a la naturaleza, pues es tierra horneada.

A pesar de que le da gusto que sus clientes se lleven algo a casa, a veces se cuelgan de la necesidad de las personas, porque le regatean mucho.

Se tarde media hora en cocer una cazuela.

No me gusta dar malas noticias; pero dicen que si no valoras el trabajo de los demás, no van a hacer con el tuyo, no estoy diciendo nada, pero ahí les dejo la reflexión.

Doña Herminia reconoció que por el Covid-19 la situación no es sencilla ante el panorama económico que prevalece por la pandemia y que pese a ello intentan mantenerse.

Así que ya sabe dónde buscar a la artesana michoacana, pero no le piense tanto, pues solo está de paso en esta temporada decembrina, pues tiene que ir a otros lares a seguir ofreciendo chuladas.

Mi abue dice que calientan mejor la comida.



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