El Señor de Jalpa, el Cristo que los soldados no pudieron bajar

Cuando usaron el templo como cuartel, simplemente no lo pudieron bajar. | Fotos: Rocío Ramírez.
Cuando usaron el templo como cuartel, simplemente no lo pudieron bajar. | Fotos: Rocío Ramírez.

Al Señor de Jalpa lo sacan en procesión el primero de enero, día en que es la fiesta grande.

JALPA.- Una de las imágenes religiosas de mayor importancia del municipio es El Señor de Jalpa, cuya figura tiene un misterio, dependiendo de quien lo baje de su altar, si es que puede…

Este Cristo tiene su hogar en el templo más grande y antiguo, que está ubicado en pleno centro de la cabecera municipal y que construyeron en el siglo 17.

La Parroquia del Señor de Jalpa, como hoy se le conoce, tiene la forma de una cruz, con una cúpula prominente y que en sus inicios la dedicaron al Apóstol Santiago.

Un militar le disparó, la bala le rebotó y quedó tuerto.

Es el templo donde se encierra una de las historias más misteriosas de esta imagen y de acuerdo al cronista municipal Héctor Pascual Gómez Soto todo empezó con un hombre dedicado a hacer imágenes religiosas.

Hace muchísimos años, este sujeto vivía en la Sierra de Morones, donde elaborada santos y cristos de caña. Por ello, lo conocían como “El Santero de la Sierra de Morones”.

En una ocasión, el santero hizo varios cristos de gran belleza y para venderlos visitó varios sitios, entre ellos, San Pedro, Mexiquito, Santa Clara, El Barreal y Teocaltichillo.

También llegó a Jalpa, donde el sacerdote de aquel entonces le dijo que no tenía dinero para pagarle; aunque el santero le dijo que de todos modos se lo dejaba, pues quería seguir su camino para vender los demás.

En Apozol hay un cristo conocido como El Señor de la Ascensión en la Parroquia de María Magdalena, que es parecido al de Jalpa.

Por ello se dice que los cristos de Teocaltichillo y de Apozol son hermanos de la figura que hay en Jalpa. Aunque también se dice que hay otro similar en Temastián, Jalisco, conocido como El Señor de los Rayos.

Además, lo más curioso del asunto es que el santero que hizo al Señor de Jalpa jamás regreso por su dinero y nadie sabe qué pasó con él.

Este Cristo es una réplica, pues a veces pesa tanto el original que no lo pueden mover.

El cronista municipal señala que en el incendio que sufrió el templo en el año 1822, es una fecha probable de la llegada del Cristo Señor de Jalpa.

Y cuando llegó la imagen a la parroquia se le conoció también como “San Salvador Dios” y que sustituyó en ese entonces al antiguo patrono Santo Santiago.

El Cristo que no pudieron bajar

El cronista jalpense asegura que en la toma del municipio, en el año 1914, los federales tomaron el pueblo y se asentaron en la parroquia, la cual usaron como cuartel.

En el templo, uno de los soldados quiso desprender y bajar de su altar al Cristo; sin embargo, no pudo hacerlo, ni aún con la ayuda de cinco soldados más.

También hay Cristos en Apozol, en Teocaltichillo y en Jalisco.

Al no poder arrancar la imagen santa de su altar fue tanto su coraje que el soldado le disparó al Cristo, de donde saltaron algunas astillas, una de ellas fue a caer en el ojo del uniformado, dejándolo tuerto.

A los militares también los sorprendió el gran peso de la figura del Señor de Jalpa, pues jamás pudieron bajarlo y con lo que se impresionaron es que la bala botó de una figura elaborada de caña.

Peso para unos, liviano para otros

Una noche cuando la tropa descansaba, recibieron un comunicado y los soldados abandonaron el templo, aprovechando la oportunidad, Juan El Sacristán aprovechó para bajar la imagen del Santo Cristo.

A decir de Juanito, el Cristo estaba liviano y fácil de cargar; por lo que le fue fácil ocultar la imagen en el Barrio de San Antonio y lo libró de las herejías de los militares.

También hay Cristos en Apozol, en Teocaltichillo y en Jalisco.

Al Señor de Jalpa lo sacan en procesión el primero de enero, día en que es la fiesta grande. Aunque hay años en que el Cristo es pesado y nadie lo puede bajar de su altar.

Por lo anterior, recientemente se elaboró una réplica del Señor de Jalpa, el cual sale en la peregrinación y lo ponen en el atrio del templo, lo cual hace que la imagen original se conserve.




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