Doña Mari le pone el mejor ingrediente a sus jugos: la actitud

María Patrocinio Almeida, se siente orgullosa de su negocio.
María Patrocinio Almeida, se siente orgullosa de su negocio.

Aunque algunas veces le han dolido sus rodillas y sus hijos le han propuesto que deje su trabajo; sus ganas de seguir adelante son más fuertes.

ZACATECAS.- El trabajo todo lo vence y doña María Patrocinio Almeida sabe bien de eso, pues a pesar de los golpes que le ha dado la vida, ella ha salido adelante trabajando arduamente sin la necesidad de un patrón, ya que con el negocio de jugos que tiene se mantiene sola.

Como toda mujer trabajadora, doña Mari, como la conocen sus vecinos y clientes, está en su changarro de lunes a sábado de 4:30 de la mañana a 1 de la tarde.

Su pequeño puesto está en el acceso principal a la colonia CTM, donde vende sus jugos, licuados, malteadas y chocomiles.

Ella es originaria de la cabecera municipal de Villanueva; pero se vino a Zacatecas por amor cuando conoció a su esposo (QEPD).

Con su pareja formó una familia de tres hijos, a quienes sacó adelante con el sudor de su frente, producto de los trabajados que ha desempeñado.

En la capital zacatecana tiene viviendo 40 años y comentó que el negocio de los jugos lo empezó con su marido en la colonia Alma Obrera.

Momentos que cambian la vida

Cuando doña Mari quedó viuda entró en una etapa de depresión; sin embargo, no podía quedarse estancada.

Fue así que decidió continuar con la venta de sus jugos, a los que se ha dedicado los últimos 14 años; desde hace 9 los ofrece en la colonia CTM de donde es vecina y se le facilitan las cosas por la cercanía de su casa.

“Tengo muchos clientes traileros que ya me conocen y se paran, también mis vecinos me compran cuando salen a la escuela o a sus trabajos, de hecho cuando me enfermo y no vengo se les hace raro y al siguiente día que me ven trabajando me pregunta cómo estoy, es bueno saber que te aprecien”, comentó doña Mari.

Agregó que sus padres la acostumbraron a levantarse temprano desde que era niña cuando la llevaban a la primer misa de los domingos, por eso no le ve problema a madrugar todos los días para comenzar con sus actividades.

“De mi trabajo me gusta todo, es lo que me mueve y me incita a seguir adelante y a esto me voy a dedicar mientras pueda, le voy a seguir echando ganas,” dijo con una sonrisa doña María Patrocinio.

 




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